Por: Carlos Jaime Hartwig (*). La Red Troncal Navegable o Sistema Fluvial y Portuario del Paraná-Paraguay es la vía fluvial más extensa y transitada del país. Mal llamada hidrovía. Esta Red forma parte de la Cuenca Del Plata, la mayor cuenca hídrica nacional y una de las más grandes del mundo, que alberga enorme biodiversidad, y un ecosistema único con grandes humedales que se viene afectando de modo progresivo y alarmante.
Este sistema fluvial del Paraná es por donde se mueve más del 80% de las exportaciones argentinas y desde 1898 fue dragado y controlado por organismos públicos, como la Dirección Nacional de Vías Navegables (DNVN). Esta situación cambió abruptamente a partir de la década de 1990 cuando el gobierno de Carlos Saúl Menem privatizó el dragado y mantenimiento de los ríos y el control de las exportaciones que pasaron a ser controladas por las declaraciones juradas que efectúan las empresas exportadoras, así como la falta de cumplimiento de las normativas ambientales necesarias.
Nosotros pudimos y podemos realizar el dragado y balizamiento; contamos con los equipos y el personal capacitado para hacerlo. Por otro lado, debemos tener en cuenta que Argentina no tiene salida al mar, la salida está controlada por la República Oriental del Uruguay, ya que es necesario pasar a 12 kilómetros del puerto de Montevideo y no solo esto, sino que además la República Oriental del Uruguay (ROU) delegó el control de sus puertos a empresas holandesas y británicas, asignando a Inglaterra la posibilidad de determinar si Argentina puede salir a su mar o no, todo en un complejo entramado, que podría ser fácilmente resuelto si se construyese el Canal Magdalena, permitiendo de esa forma que un barco que sale para Ushuaia en lugar de demorar tres semanas realice el recorrido en una.
Esta situación, que es mucho más compleja y amplia que lo detallado, fue evidenciada en la denuncia que realizó la diputada Alcira Argumedo, quien alertó que por el Paraná se roban y contrabandean más de 40.000 millones de dólares. Actualmente, según algunos estudios, esa cifra podría alcanzar los 100.000 millones de dólares; sin tener en cuenta el narcotráfico, la trata de personas y contrabando de armas. A esta cifra se llega teniendo en cuenta las sub y sobre facturaciones, las infra declaraciones juradas de exportaciones (que las completan con cargas falsamente declaradas en Nueva Palmira), la infra declaración de la calidad del grano de tipo “A” a tipo “C”, las exportaciones de cargas de granos Paraguayos que no se sabe donde producen mágicamente tal cantidad (no será en Argentina), la reserva de carga entregada a fleteras extranjeras, las multas por incumplimientos acordadas con sus casas matrices, el costo del dragado y balizamiento pagado por el estado y otras acciones delictivas llevadas por las exportadoras.
Analizando solo los valores directos que se pueden detectar en forma rápida y sin entrar en otros mecanismos más complejos y delictivos se pueden demostrar estas pérdidas. Solo en el Puerto de Quequén, que representa el 2,27% del total de las exportaciones declaradas del país, podemos analizar lo que el estado. Osea todos nosotros, dejamos de percibir en forma directa y se puede rápidamente modificar, si la provincia de Buenos Aire, que es la dueña del puerto y ha terminado el leonino contrato de locación y uso, podría recuperarse para la sociedad por el administración, control y manejo de las exportaciones, se podría recaudar entre 227 y 400 millones de dólares
Estas cifras salen de la Operación de la Terminal, por Ejercer el Comercio Exterior y por evitar la evasión y fuga de divisas, sin tener en cuenta otros rubros directos que se producen como sería la mejora en los ingresos por exportaciones de pequeños y medianos productores. A estos rubros se deben incluir el incremento de la actividad interna, las inversiones de los mismos en el mercado interno y en nuevas actividades como la inversión en la construcción de nuevos astilleros, el incremento de la flota mercante, el aumento de capturas pesqueras, los ahorros de divisas y en incremento del desarrollo de la economía nacional.
Si llevamos esta cifra, que sale de un solo puerto, a nivel nacional se podrían aumentar las recaudaciones directas (no sólo en la parte granaria) en no menos de 18.000 millones de dólares en forma directa, sin tener en cuenta otros rubros de nuestras exportaciones como la minería, las energías –gas, petróleo, hidróageno, etc.–, ciencia, investigación, patentes, reducción de pago de derechos de patentes, etc. Podríamos hablar de un robo que se aproxima a los 100.000 millones de dólares anuales. Si a esto le agregamos la construcción del Canal Magdalena, que significaría acercar la Argentina y bajar costos internos de transporte (ya que una salida directa al mar y la construcción de nuevos portacontenedores con transportes de vehículos y personas desde el río Paraná a Ushuaia en un lapso de 5/6 días y no entre 15 a 22 días como sucede actualmente) podríamos tener ahorros directos e indirectos muy importantes, que hoy no se pueden realizar porque el manejo de los puertos y ríos están en manos de potencias extranjeras.
(*) Docente, ingeniero, abogado, periodista de Concepción del Uruguay. Texto publicado originalmente en La Puebloneta Nº 5 – Diciembre de 2024.