“Antes de esa primera fumigación, nunca antes tuve problemas de alergia”, cuenta en diálogo con ERA Verde, la presidenta de la vecinal Tierra Alta. Tampoco su hijo, que debió realizarse tratamientos médicos por semanas para evitar los broncoespamos. Este es uno de los tantos testimonios de quienes habitan este barrio ubicado en Colonia Ensayo, en el departamento Diamante, donde a pesar de haber llegado a un acuerdo previo, el dueño de un campo lindante ha realizado aspersiones con agrotóxicos sin dar previo aviso y con constatadas irregularidades. Temerosos de que en cualquier momento los cubran de agroquímicos, se presentaron a la Justicia donde se dio apertura a un amparo ambiental. Sólo pedían contar una alerta para poder huir de sus casas, porque los 50 metros de distancia de la ley son inocuos para frenar la deriva de los venenos. Llegan a Tribunales de Entre Ríos luego de haber agotado las instancias de mediación, de que la comisaría jurisdiccional se negara a tomar las denuncias y de la ausencia del ingeniero agrónomo responsable del control de las condiciones de las aplicaciones. “Estoy llegando”, fue mensaje del profesional cuando se le preguntó si sabía de la última fumigación nocturna que acontecía y hacía padecer a los pobladores.

Este viernes 3 de noviembre, el vocal de la Sala II de la Cámara Tercera de Apelaciones del Trabajo de Paraná, Guillermo Federik, resolvió tener por promovida la acción de amparo ambiental iniciada por la presidenta de la Comisión Vecinal de la urbanización Tierra Alta, Ximena Rosso, en representación de los vecinos y vecinas del barrio ubicado en Colonia Ensayo, comuna de 1ª categoría del distrito Salto del departamento Diamante.

 

La comisión de vecinos se presentó ante la Justicia con un amparo ambiental para que un agricultor lindante al barrio, Cesar Haberkon, termine con las fumigaciones intempestivas, que se ordene el cese de esa actividad contaminante con impacto directo en el loteo en razón de las fumigaciones terrestres con agrotóxicos que se realizan en las adyacencias de la mencionada zona. Se llega esta situación, cuenta Rosso a ERA Verde, luego de haber agotado todas las instancias de acuerdo. “No se cumplieron las medidas (de aviso de las pulverizaciones) porque ellos no quisieron. Estábamos esperando la alerta para avisar a los vecinos y poder retirarnos. Eso era todo lo que pedíamos. Como no se puedo cumplir ese acuerdo, es que tuvimos la decisión de pedir el amparo, porque creemos que es la única manera”, prologó.

 

El calvario comenzó a principios de 2022. “Pasamos la primera fumigación en marzo, y lo primero que hicimos fue contactarnos con la comisaría, y ahí nos dijeron que no nos podían tomar la denuncia, que teníamos que hacer la denuncia a la Dirección de Agricultura provincial. Nos asesoramos y nos explicaron que debemos hacer la denuncia en una página de internet de Alerta Temprana y que teníamos que tener la exposición ante las autoridades policiales, porque en la comisaría deben presentar el aviso de fumigación, ver si presentaron la receta agronómica y si lo hicieron, ver quién es el ingeniero agrónomo a cargo. Esto se socializó con los vecinos, los pasos a seguir, para poder hacer la denuncia en estos casos”, comentó la titular de la comisión vecinal.

 

Fue además por la trascendencia en los medios de comunicación del problema creciente de los vecinos de Tierra Alta que “terminamos teniendo una reunión con el director de Agricultura de Entre Ríos, Carlos Toledo, quien nos explicó la distancia, de no menos de 50 metros del casco urbano, que se tenía que tener en cuenta el viento, que no debía tener dirección a los caseríos, que se deben tener en cuenta la humedad y temperatura, y que siempre tiene que estar en el lugar un ingeniero agrónomo que tienen que controlar la máquina y en qué condiciones que se hacía, no sólo el agricultor simplemente”, refirió.

Hubo también un pedido de intervención a la Defensoría del Pueblo, tras lo cual se arribó, el 19 de septiembre de 2022, a una “reunión de mediación con el agricultor, un acuerdo de convivencia, porque nuestro barrio sólo limita a su terreno donde siembra una calle pública. Toledo comprometió (a Haberkon) a que tome algunas medidas. Una de las condiciones que tenía que tener un ingeniero a cargo, que estuviera controlando la fumigación, tomando la distancia correspondiente, con las condiciones climáticas, y que tenía que tener un banderín para que pudiéramos ver en qué dirección está el viendo en el momento de la fumigación. Íbamos a tener una alerta del momento que iba a hacer la fumigación, porque sabemos que a 50 metros igual nos afecta. Antes de esa primera fumigación, nunca antes tuve problemas de alergia, y mi nene tuvo broncoespasmos y tuvo que aplicarse puff (inhaladores antialérgicos), a la mañana y a la noche, más comprimidos varias semanas. Eso fue la primera vez. Por eso contábamos con la alerta para irnos”, refirió.

 

AGRÓNOMO AUSENTE

 

Fue así que comenzó un nuevo año y un nuevo ciclo de siembra y fumigación. “Llegado la fecha de aplicación se comunica el ingeniero que van a hacer la aplicación. No habían puesto el banderín y le recordamos. La calle que nos divide es la de ingreso, e iban a colocar en la esquina de Moreno y Urquiza, con una estaca, pero nosotros nunca la vimos. Esto fue un miércoles 5 de abril de 2023, porque nos tenían que avisar 48 horas antes, que iban a fumigar el fin de semana. El viernes se comunica nuevamente que esa fumigación se iba a hacer ese día, pero las condiciones climáticas no estaban dadas, porque había llovido, que nos iban a avisar cualquier cosa, que se iba a pasar para un lunes. Entonces nos quedamos con eso, que el viernes no se hacía. Luego se comunican otra vez diciendo que, aunque no estaban las condiciones dadas, el agricultor la quería hacer igual a la fumigación porque se tenía que llevar la máquina al norte, donde tienen otros campos, y no podía esperar hasta el lunes. Entonces iban a ver si por la noche la temperatura, humedad y viento eran buenos para hacer la aplicación y nos iban a avisar. Al final nunca avisaron a la Vecinal. Eran las 8 de la noche y a través de los grupos de vecinos comenzaron a alertar que se estaba sintiendo el olor, que se veía la máquina. Salimos y, efectivamente estaba la máquina. Le mando un mensaje al ingeniero y le pregunto si estaban fumigando y me contesta que le iba a contestar a César (Haberkon). Es decir, no sabía, ni estaba enterado de la aplicación que se estaba realizando, ni estaba el lugar obviamente. Le pregunto si estaba ahí y me contesta: ‘estoy llegando’. Así que bueno, automáticamente metí a mi nene al auto y nos fuimos a la comisaría. Vino la policía, primero dijo que no, que no se podía hacer la denuncia. Le explicamos que sí o sí teníamos que hacer la exposición para ver si estaban las condiciones dadas para hacer la aplicación. Y vimos ahí que el banderín flameada para el lado del barrio. No había forma de negarlo, porque lo estábamos viendo. Vino el ingeniero, cargamos la denuncia, y luego se comunicaron los inspectores, labraron el acta de infracción, entre lo que encontraron que la máquina usada no tenía actualizadas la habilitación. A partir de eso el vecino volvió a sembrar, tomó una distancia, que no sabemos si tiene la distancia, que no puede tomar la calle pública como límite, y ahora estamos esperando el amparo porque en breve nos va a fumigar de nuevo, porque estamos en fecha para eso”, planteó Rosso a ERA Verde.

 

La presidenta de la Vecinal acuerda que Haberkon “no es el único que nos fumiga”, pero sucede que, justamente, él “está pegado al loteo”. Además, apuntó, “el señor tiene dos silos que se construyeron después del loteo, ya estaba vendido, cuando la ley dice, la resolución de cerealeras señala que los silos que ya existen deben tener una cortina forestal para que los residuos que generan no lleguen a la población, y partir de esta resolución no podría construir nuevo. Bueno, él lo hizo, y tampoco colocó cortinas forestales. Su casa está rodeada de árboles gigantes, él tiene su cortina vegetal, pero no se ha preocupado por plantar un fresno por colocar los silos de manera irregular, ni tampoco por fumigar. Eso le corresponde a él; es el responsable por generar la cortina forestal para que lo que él produce y tira en el ambiente, no afecte a los vecinos”, apuntó.

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Finalmente, reitera que antes “hubo un acuerdo, que era que nos avisaran cuándo iban a fumigar. Fue por decisión de ellos, porque no nos avisaron, que llegamos a pedir el amparo”.

 

De la Redacción de ERA Verde