La invitación de los organizadores de la Euroelecs 2019 -que arranca este miércoles por la tarde-, fue a tomar un café con uno de los disertantes de la propuesta: conversar un momento con Carlos Taibo.
Taibo es escritor, docente universitario en Ciencias Políticas y se desempeña en la Universidad Autónoma de Madrid. Anualmente ofrece unas 60 conferencias por toda España y más allá de su patria también.
Con medio centenar de libros publicados, es en evidencia un pensador prolífico que intenta llevar al debate algunos ejes que generalmente no tienen ningún lugar en la mesa de la agenda púbica, por controversiales y porque van a contrapelo del sistema que sostiene esa agenda.
Taibo habla del colapso del mundo capitalista globalizado y pregona en favor de una estrategia ética que pocos se detienen a observar: el decrecimiento. Mientras las opciones políticas de Argentina que irán a las urnas el 11 de agosto apoyan sus narrativas en las diferentes posibilidades de crecimiento, Taibo dice justamente que hay que mirar para otro lado. Lo que significa, especialmente, atender otro tipo de enfoque y otra red de valores.
De eso va a hablar el autor esta tarde, en la apertura del III Encuentro Latinoamericano y Europeo sobre Edificaciones y Comunidades Sostenibles (EuroElecs) que organiza EcoUrbano junto a otras ONGs y las regionales de Santa Fe y Paraná de la UTN.
“Yo sé que venir a Argentina a hablar de decrecimiento es delicado, pero me parece sumamente necesario”, dijo Taibo en diálogo con este sitio.
Con pocas horas de sueño, vestido de modo informal y con un café para agitar el ánimo en una mañana gris y destemplada, el intelectual expuso su alta dosis de buena predisposición para explicar el eje de su tema.
“El crecimiento es uno de los grandes mitos del sistema. La idea de que el crecimiento genera cohesión social es una superstición, la idea de que el crecimiento permite multiplicar el número de puestos de trabajo, lo es también”, comenzó por enumerar.
Pero además, Taibo remarcó que el mismo afán es el que lleva al “olvido permanente de las agresiones ambientales, al agotamiento de recursos básicos y al olvido de como el crecimiento de los países ricos bebe del espolio de los recursos humanos y materiales de los países pobres”.
FELICIDAD.
Anarquista y estudioso del movimiento anarquista a nivel mundial (publicó recientemente “Anarquistas de ultramar”), Taibo sostiene que es vital derrumbar esa ilusión óptica de que “seremos más felices mientras más bienes consumamos, cuando todas las evidencias dicen que una vez satisfechas ciertas necesidades básicas, nuestro bienestar tiene mucho más que ver con los bienes relacionales”.
Si bien para muchísimas personas el concepto anterior está muy claro, para el pensador existe lo que denomina “una actitud esquizofrénica”.
“Nuestra actitud ante esto, como nuestra actitud frente al riesgo de colapso, es esquizofrénica. Por un lado la cabeza identifica los problemas y lo hace bien y por el otro nuestra conducta discurre por otro camino. ¿Por qué? En parte porque vivimos inmersos en la lógica cortoplacista del sistema y en parte porque el sistema es muy hábil a la hora de situar en la cabeza un sinfín de mensajes publicitarios extremadamente eficientes”.
La consigna, según Taibo, es “empezar a romper con esto”.
En ese sentido, plantea que “las crisis son el elemento principal que permite romper y hacen que la gente comience a observar en serio la necesidad de salir de esa dicotomía esquizofrénica”.
Las soluciones o los nuevos caminos, según su enfoque, no van asomar en el sistema político tradicional. “Están claramente inmersos en la lógica de que el consumo la productividad y la competitividad son la fuente mayor de prosperidad para nuestras sociedades”.
Salir de esa lógica, advierte, no es nada sencillo e incluso admite que “si alguien me dice que es imposible tendré que sopesar seriamente el argumento”. Pero Taibo vuelve a la carga con una idea que le parece importante: “En los países del sur hay capas importantes de la población que viven al margen, en un grado u otro, del capitalismo. Y que tienen una cabeza menos colonizada. Tengo que poner cierto empeño en la idea de que algunas de las respuestas que buscamos en el norte rico van a llegar del sur. Por otra parte, la conciencia de la proximidad del colapso que va a ir a más, puede provocar en los países del norte que cada vez más gente piense hacerse las preguntas relevantes y abandone esta lógica”.