“El estudio de estos ríos representa un tema estratégico para Argentina y la región. Para comprender su funcionamiento es necesario integrar distintas disciplinas y asumir compromisos institucionales de trabajo conjunto”, definió Melina Deverchelli, investigadora del Inali del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y coordinadora de un proyecto que articula a 23 instituciones en un ambicioso plan  de estudio de los ríos Paraná y Paraguay.

 

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación puso en marcha en el año 2020 los  “Proyectos Interinstitucionales en Temas Estratégicos”, para apoyar la articulación entre las instituciones del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y así poder complementar sus capacidades en torno a temas estratégicos. Por esto, desde el Instituto Nacional de Limnología (Inali), se motorizó la elaboración de uno de estos proyectos a fin de estudiar los sistemas fluviales del Paraná y Paraguay con una mirada interdisciplinaria, para lo cual se convocaron 23 instituciones a pensar cómo trabajar colaborativamente en ello.

 

La vasta tarea de coordinación está a cargo de la investigadora Melina Devercelli (Inali, Conicet, UNL), e implica la articulación de capacidades de distintas instituciones nacionales para poder definir un horizonte común. El proceso de elaboración de esta etapa fundacional insumió seis meses y la participación de una decena de institutos del Conicet, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), el Instituto Nacional del Agua (INA) y el Instituto Universitario de Seguridad Marítima de la Prefectura Naval Argentina. Este proyecto sin precedentes, aunque todavía está en etapa de evaluación, ya ha comenzado con sus primeros pasos con la implementación de algunas actividades conjuntas, y Melina, responsable de la coordinación,  da cuenta en qué consiste.

 

–¿Por qué un proyecto interinstitucional para estudiar los ríos Paraná y Paraguay?

–En primer lugar, porque el estudio de estos ríos representa un tema estratégico para Argentina y la región y, en segundo lugar, porque para comprender su funcionamiento es necesario integrar distintas disciplinas y asumir compromisos institucionales de trabajo conjunto. Los ríos Paraná y Paraguay tienen importancia en términos sociales, económicos y ambientales: son fuente de agua dulce, reguladores climáticos, reservorios de biodiversidad, centro de actividades productivas, prácticas culturales e identidades diversas.

 

La complejidad de estos sistemas fluviales requiere de un abordaje interdisciplinario y posicionarse desde un paradigma integrativo de la investigación que responda a dicha complejidad y a la necesidad de pensar conjuntamente su uso, sostenibilidad y los distintos actores que involucra.

 

–¿En este enorme trabajo que ya han comenzado, ¿qué expectativas tienen?

–Queremos aportar conocimientos, información actualizada y herramientas que contribuyan al diseño de políticas públicas sobre la gestión sostenible de los ríos Paraná y Paraguay, mediante una mirada integrada de las dimensiones sociales y ambientales.

 

El mayor desafío es generar una forma de trabajo multi y transdisciplinar entre instituciones del sistema científico-tecnológico que sea insumo para la gestión pública de los ríos, como un programa de monitoreo y propuestas de solución sobre problemáticas puntuales. Para esto, una de las metas es lograr un diálogo simétrico entre los saberes disciplinares, los saberes de los colectivos sociales, y los organismos en los distintos niveles de gobierno.

 

Este abordaje interinstitucional, procura una mirada estratégica interdisciplinaria que pone en juego especialidades tales como meteorología, hidrología, sedimentología, geomorfología, usos y cobertura del suelo, calidad del agua, biodiversidad, antropología y etnografía, bioinformática e inteligencia artificial.Todos estos campos y dimensiones del conocimiento, explica Melina, exigen pensar el trabajo a partir de la integración de las capacidades de todas/os sus integrantes, entre los que destaca al meteorólogo Federico Robledo (Cima, Conicet-UBA) y a Inés O’Farrell (Iegeba, Conicet-UBA), además de las autoridades de INA, Conicet, Iusm y Conae.

 

En representación de la Conae, la doctora Sandra Torrusio, destaca la importancia que tendrán para este proyecto los aportes de datos y productos derivados de la Misión Satelital Argentina Saocom, llevando a bordo un instrumento SAR (radar de apertura sintética) en banda L, focalizada en problemáticas hídricas y del agro. Por el Instituto Universitario de Seguridad Marítima, el Rector Enrique Font señala que «es clave la posibilidad de institucionalizar en el sistema tecnológico-científico el trabajo histórico que la Prefectura Naval Argentina viene desarrollando en la cuenca, a través de la articulación con los distintos centros de investigación del Conicet y demás instituciones que integran este proyecto. Esto nos permitirá fortalecer líneas de investigación y nutrirnos de nuevos conocimientos.»

 

–¿A grandes rasgos, cuáles son las principales actividades que proponen y sus plazos aproximados ?

–Las actividades son múltiples. Entre ellas, realizaremos un mapeo de actores para generar una referencia de la realidad social en la que se intervendrá; además de trabajos etnográficos de campo en localidades concretas para sistematizar los saberes de las comunidades relacionados con la dinámica del río y sus prácticas de vinculación.

 

Caracterizaremos las bajantes y crecientes del río y su modulación por la variabilidad climática, evaluaremos sus impactos sobre las tomas de agua potable y la navegación. Planificamos hacer dos expediciones a lo largo del Paraná-Paraguay para estudiar la calidad del agua, la diversidad microbiana y de invertebrados y trabajar con imágenes satelitales. Estudiaremos el transporte de sedimentos y el efecto de las obras de dragado, realizaremos una propuesta de regímenes de caudales ecológicos así como mapas de riesgo hidroclimáticos y un sistema de alerta temprana de floraciones de cianobacterias.

 

En cuanto a la duración,  apostamos a que este Proyecto genere un marco institucional sostenido en el tiempo más allá de los plazos, acciones y etapas propias de esta convocatoria, contemplando la articulación con gobiernos y comunidades en territorios vinculados a los ríos.

 

–Mencionabas la navegabilidad, ¿te parece un momento estratégico por el debate instalado sobre el futuro de la “hidrovía” y la posibilidad para el país de recuperar la soberanía de los ríos?

–Pensar la navegabilidad del eje fluvial Paraná-Paraguay a la par que la sostenibilidad ambiental de las obras que se realicen resulta no solo estratégico sino necesario. La “Hidrovía” surgió en un contexto legislativo deficitario en cuanto a lo ambiental y es una deuda pendiente realizar estudios de impacto integrales. Sí, es un momento clave para recuperar la soberanía de nuestros ríos en términos federales. Y de proponer un esquema de desarrollo económico que no ponga en riesgo la integridad ambiental y que respete los territorios y la diversidad de identidades culturales que hay a lo largo del río.

 

–En el proyecto le dan mucho valor a la vinculación con la sociedad, por lo que plantean una estrategia de comunicación y acceso abierto de la información con un vasto conjunto de instituciones y actores sociales, ¿por qué tanta importancia a esta dimensión?

 

–Uno de los objetivos es integrar toda la información en una plataforma pública abierta y accesible a diferentes públicos, ya que es nuestra responsabilidad disponer de la información generada para  que pueda ser utilizada y conocida.

 

En cuanto a las estrategias de comunicación, es importante que desde el principio trabajemos en el codiseño de esquemas de diálogo entre diferentes actores que se vinculan con el río: entes de gobierno, comités de cuenca, colectivos sociales, instituciones educativas, científicas y tecnológicas. No es que las tensiones entre la ciudadanía, academias y gobiernos vayan a dejar de existir, pero muchas de ellas se producen por la falta de información, diálogo y posibilidades de participación. Por eso le damos relevancia a una ciencia abierta y situada en su contexto, en donde la sociedad también valide y critique nuestros productos.

 

–Además de la tarea enorme de plantear los ejes del proyecto y articular tantos actores -mientras se evalúa el proyecto-, ¿ya trabajan en el desarrollo de actividades?

–Sí. Fue un gran esfuerzo poder confluir en el armado de este Proyecto y tejer las redes de relaciones para el trabajo… y aún estamos en ello. Cada disciplina, los organismos de gobierno y las comunidades locales tienen su propio “lenguaje” y formas de vincularse con lo que estudian o intervienen, los ríos en este caso. Así que necesitamos ir construyendo ese marco de diálogo y de entendimiento. Cada 15 o 20 días estamos haciendo encuentros para capacitarnos y para trabajar ésta complejidad que implica mucho más que la suma de las partes, tratándose más bien de actuar sobre las sinergias del trabajo colaborativo e interinstitucional. Hasta el presente, algunos de los especialistas ya presentaron una serie de temas relevantes: el potencial de las imágenes satelitales (Sandra Torrusio, Conae) y la obtención de parámetros biofísicos a partir de ellas (Ana Dogliotti, IAFE, Conicet-UBA); la hidrología (Juan Borús, INA) y la etnografía  como herramienta de la antropología para acercarnos a los saberes de las comunidades y como método para la trabajar en la complejidad de este Proyecto (Celeste Medrano, ICA, Conicet-UBA).

 

 

Foto: Melina Devercelli.

Fuente: Lautaro Massa – Conicet Santa Fe.