Frente a la capital provincial, el registro del río hoy fue de 8 centímetros sobre el nivel del mar. Prefectura Naval emitió un alerta para navegantes y que eviten las mallas de protección de El Túnel que quedaron por fuera de la superficie. Y para evitar desmoronamientos en las torres de alta tensión que están sobre la barranca se colocaron mallas en sus bases. El prolongado y pronunciado descensos de las aguas representa «es un golpe anímico muy duro en lo ambiental y social», dijo historiador y asesor cultural del Gobierno de Entre Ríos Roberto Romani en declaraciones a la agencia Télam.

 

El funcionario entrerriano y reconocido referente cultural, señaló que «no hay memoria de algo similar y va a demorar años en recuperarse», sobre la gran bajante del Paraná. «Es un golpe anímico muy duro ver tanta arena y no escuchar los pájaros, hay silencios que dan tristeza y una pena tremenda a todos los que amamos y nos criamos con el río», apuntó.

 

De acuerdo a los últimos registros, las aguas crecieron levemente en los últimos días producto de leves lluvias en su cuenca media, con una altura este sábado frente a la capital entrerriana se ubicó en los 8 centímetros, según los registro de Prefectura Naval Argentina, lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y su altura promedio para junio de 3,21 metros. Las marcas recientes más bajas fueron de -10 centímetros (por debajo del nivel del mar) y el Instituto Nacional del Agua (INA) espera que vuelva a descender hasta los -20 centímetros para mediados de julio.

 

Romani se mostró «esperanzado en que se produzcan lluvias en el nacimiento del río, en Brasil», algo «primordial y sustancial para que el río recupere su nivel»; pero aseguró que según las previsiones «no va a ocurrir hasta la primavera», por lo que «será una espera desesperante. Es un nivel nunca alcanzado, nosotros en Paraná no tenemos memoria de algo similar y tenemos que recurrir al 1944», mencionó.

 

El escritor dijo que «más allá de los perjuicios económicos que esto trae para todos los sectores y la gente que trabaja en el río, es un dolor desde lo ambiental que va a demorar años en recuperarse».

 

Aunque desde el Ministerio de la Producción de Entre Ríos pareciera que prima otra mirada sobre el ambiente.  El viernes se conoció la Resolución Nº 1.592 de la Dirección de Recursos Naturales  que dispuso “no innovar el cupo de extracción total de pescado de río de jurisdicción provincial del río Paraná”. Así, para el período de julio a septiembre permite la captura y acopio de 1.596,56 toneladas de sábalos y especies acompañantes. La medida fue criticada fuertemente por la Asociación de Pescadores Deportivos del Litoral (APDL) Entre Ríos. “No innovar es una medida dañina y que no tienen ningún criterio biológico para conservar las especies”, se afirmó.

 

Llamado

 

Informes científicos señalan que la población de peces del Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento de algunas especies. «También muchos afluentes quedaron totalmente secos y eso generó perjuicios a todas las ciudades costeras en el abastecimiento del agua, entre otros inconvenientes», añadió.

 

Desde la historia y la cultura, plantear que el «honra a cualquier entrerriano, donde en su cercanía se fueron levantando los pueblos y gestando los sueños y proyectos de los antepasados», por lo que es «imposible imaginarse la historia de Paraná sin el río».

 

Por otro lado, Romani convocó a «al Estado, la docencia, los medios y las familias a procurar transmitir lo que significa vivir en torno al río y su importancia» una vez que se supere esta bajante histórica. «Tenemos que cuidarlo mucho, depende de nosotros no agredirlo, mantenerlo limpio y no perjudicarlo de tal manera que cuando ocurren fenómenos como estos no genere la sensación de que ese cauce puede silenciarse para siempre», manifestó.

 

Finalmente, pidió «aprovechar esta situación difícil y casi trágica para pensar todo lo que se puede ayudar y contribuir para que este medio ambiente pueda mejorar», para que «las futuras generaciones puedan disfrutar de estos ríos tan preponderantes y singulares en la historia de Entre Ríos».

 

Peligros y advertencias

La escasez de agua ha dejado a la vista raigones del antiguo Puerto Nuevo de Paraná, que fuera un activo punto de transporte de mercaderías y pasajeros, tras inaugurarse el 6 de mayo de 1907. Ahora, producto de la bajante con niveles históricos sin registro en los últimos 70 años, se acerca a su peor momento, lo que entraña peligros para embarcaciones y sectores de navegación y sectores de islas; y generó cambios en la economía, el turismo y la cotidianidad de la capital de Entre Ríos, invitando a reflexionar sobre el cuidado del medio ambiente y remarcando la conexión entre la ciudad y ese curso fluvial.

 

Una de las alertas que se encendieron con la baja de las aguas fue que sacó a la luz una manta geotextil que protege el Túnel Subfluvial que une con  Santa Fe. Esta manta de cemento se deja ver por encima de varios metros de arena y barro que por debajo la separan del tubo que encierra el enlace vial. Esta situación hizo que se dieran las advertencias a las embarcaciones que pasen por el lugar, así como curiosos que se acercaron a ver la novedad.

 

La manta, una especie de gran plancha de ravioles de cemento se colocó en los trabajos de protección del Túnel entre 1992 y 1993, y luego de 1998 a 1999, para proteger la erosión del lecho de río por las gran inundación que ocurrida en 1982 que generó alteraciones en el suelo del río y por ende en la sustentación de los tubos del ducto.

 

«Queremos transmitir seguridad a los usuarios (del Túnel); donde se hace visible la manta ya hay entre 12 y 18 metros de tierra por encima del viaducto», se apuntó desde el Ente biprovincial que administra el complejo. Se explicó además que «equipos técnicos realizan constantes mediciones» en la zona, donde persiste «un comportamiento adecuado de aguas bajas».

 

Sin embargo, desde ese Ente y la Prefectura Naval Argentina (PNA) recomendaron no caminar sobre la manta de hormigón de unos 900 metros, y evitar acercarse ya que «es una zona peligrosa donde hay que tener precaución».

 

Prefectura emitió asimismo un alerta para todos los navegantes, clubes náuticos y embarcaciones, y se limitó la zona de circulación con sectores con boyas y advertencias.

 

También recomiendan no navegar en arroyos como el llamado Las Conchillas, frente a Isla Bonita, ya que «al estar tan bajo es muy peligroso, se junta basura en los árboles, raíces y raigones y pueden trabar y romper la embarcación», indicó la PNA.

 

Otras medidas precautorias fueron colocar mallas debajo de las torres de alta tensión ubicadas a la vera del río, en la zona de La Toma, al norte de la ciudad, para controlar los desmoronamientos que se ocurrieron por la bajante. En el sector se encuentra la planta de captación de agua cruda para potabilizar, donde el municipio trabaja en la limpieza y dragado y en la colocación de nuevas bombas, para mejorar el trabajo de captación de agua cruda.

 

«Estamos atravesando una situación que no ocurría hace muchísimos años», dijo el intendente de Paraná, Adán Bahl, e instó «a reducir el consumo» de agua.

 

 

Con información de Télam / Federico Dambrine

Foto interior: Télam.

Foto portada:  Esteban Etcheverria

De la Redacción de ERA Verde