El Grupo Ambiental Nogoyasero se pregunta por el tratamiento de los desperdicios que genera una de las plantas del Grupo Bolzán que produce insumos para biodiesel. Bio Nogoyá SA fue clausurada a principios de octubre junto a Glycopharma SA –fabricante de glicerina para biocombustible– y Gaia SRL –que procesa residuos orgánicos–, aunque luego obtuvo una habilitación temporal con la promesa de generar un plan de contingencia y enviar sus desperdicios afuera. Pero la firma que se dijo recibe el material de descarte para su procesamiento niega que se encargarse de tal procedimiento. Por otro lado, Glycopharma pidió autorización municipal para volver a arrojar sus residuos en la red cloacal.

 

El problema sobre el destino dudoso de los desperdicios de Bio Nogoyá quedó expuesto este lunes en un programa FM Libertad, lo cual derivó en un diálogo con uno de los responsables de la firma que salió a tratar de brindar una explicación. Lejos de aclarar la situación se acrecentaron las sospechas. En la entrevista radial con el director de Bio Nogoyá, Matías Bolzán, aseguró que los residuos peligrosos que genera la planta a su cargo –metanol–, eran trasladados a la provincia de Santa Fe por Worms Argentina SA.

 

Con esta información, del Grupo Ambiental se comunicó con la mencionada empresa de la ciudad de Rosario que se dedica al saneamiento ambiental. Y en un intercambio de chat confirmaron que tienen a Bio Nogoyá como cliente, pero que no están habilitados ni hacer tratamiento de residuos peligrosos como el metanol. Entonces, si no procesan este tipo de desperdicios, “¿Que están haciendo con los residuos peligrosos en Bio Nogoyá?”, se preguntan desde el Grupo Ambiental Nogoyasero

 

 

A las cloacas

 

Las dudas de los ciudadanos nogoyaenses sobre si han cesado o no las acciones de contaminación crecen a la medida que se trasciende información oficial que les retacea el municipio, comentaron. En este sentido, se conoció que el 1 de noviembre ingresó una nota de Glycopharma –también del grupo Bolzán–, para que se revise el artículo 7° de la ordenanza Nº 1.210 que crea el nuevo Régimen de Municipal de Habilitaciones Industriales en Nogoyá. La normativa aprobada por unanimidad por el Concejo Deliberante el 3 de octubre fija en ese apartado que las firmas que “viertan y/o vuelquen en la red cloacal y/o en la vía pública efluentes provenientes de su proceso industrial serán sancionadas”.

 

Pues bien, con la firma de su director, Leonardo Nicolini, Glycopharma pide utilizar la red cloacal de la ciudad para el volcado de sus efluentes industriales, ya que esto no afectaría el “normal funcionamiento de las redes”. Porque además, cabe aclarar, si bien aún pesa una clausura sobre Glycopharma, sigue funcionando puertas adentro, según confirmaron vecinos lindantes a la planta.

Antecedentes

 

Bio Nogoyá fue denunciada por contaminación a principios de octubre pasado, y por esto el Juzgado de Faltas de esa ciudad la intimó a que en un plazo de 72 horas realizara un “cese seguro” de sus actividades hasta tanto obtuviera los certificados de habilitación correspondiente.

 

A raíz de esta irregularidad salió a la luz que Glycopharma SA y Gaia SRL también estaban fuera de regla. Ninguna de las tres empresas que están radicadas a escasos metros del inicio del casco urbano de Nogoyá contaba con Certificado de Aptitud Ambiental. Así, lo reveló la propia Secretaria de Ambiente de Entre Ríos que admitió incluso que Gaia recibe grandes cantidades de basura de origen y composición desconocidas. Como resultado, en aquel entonces, se clausuraron las tres plantas.

 

A principio de noviembre, Bio Nogoyá levantó la faja que limitaba sus operaciones por 60 días a partir del compromiso de trasladar sus desperdicios para su tratamiento en una especializada en Santa Fe. Pero a raíz de una simple constatación que realizó el Grupo Ambiental, ahora este operativo ha entrado en un cono de dudas.

 

Protesta ciudadana

 

La grave situación ambiental de la ciudad de Nogoyá viene de tiempo atrás, pero ha sido por la movilización de los principales afectados, los vecinos autoconvocados del barrio San Carlos, quienes junto con grupos ambientalistas han puesto en el tapete un problema que ha causado impacto en la agenda pública de la ciudad del centro entrerriano. Y no es para menos, ya que han exhibido el serio peligro que se encuentra el acceso al agua potable en la ciudad.

 

Los campos linderos al área donde están radicadas las empresas cuestionadas han aparecido inundados por un líquido aceitoso y tóxico, lo cual alertó a los vecinos de la zona. La explicación es que los drenajes industriales sin control provocaron filtraciones en los pozos de agua de los pobladores linderos que comenzaron a advertir que de sus canillas y duchas salía un agua turbia con olor y gusto a gasoil.

 

Además, las empresas arrojaban un líquido de similares características por las cloacas convencionales -a través de una extensión cloacal realizada exclusivamente para las empresas- y esto hizo que por el vertido aceitoso haya llegado a taponar los conductos del centro de la Nogoyá e incluso emane gases tóxicos e irrespirables incluso en la otra punta de la urbe. Este accionar poco convencional justamente quedó expuesto al conocerse el pedido de una excepción a una reciente normativa que justamente ha pretendido poner un coto a años de desidia sin control.

 

De la Redacción de ERA Verde