Por Jorge Daneri (*) Los resultados del informe de monitoreo de calidad del agua del río Uruguay publicados en estas horas, por la Comisión Administradora del río Uruguay (CARU) son realmente escandalosos, graves, inhumanos (12). Se encontraron más de cuarenta plaguicidas, metales pesados y sus formas tóxicas, dioxinas y furanos, bacterias coliformes por doquier, etcétera.

 

Estamos frente a una civilización que se cae a pedazos. La construcción del negacionismo, el no asumir la gravedad extrema del problema, de sus conflictos socio-ecológicos, es asombrosa, por lo menos para algunos seres humanos en comunidades de este pedacito del mundo en el cono sur, incluso en la República de Artigas, antípodas del totalitarismo simplificador de la “República Unida de la Soja” de las corporaciones del agronegocio expresadas en una humillante bandera de la multinacional Syngenta, o nuestra verdad, sin-gente.

 

Los resultados que denuncian como prueba oficial, producida por los equipos científicos de un ente binacional, que reúne las característica de prueba «pericial» irrefutable –la Ley General del Ambiente Argentina le otorga esa consideración y respeto (3)–, acredita el que nuevamente afirmemos que este modelo de mal desarrollo, es un delirio ecocida.

 

Nos encontramos frente a procesos antrópicos de impactos acumulativos y de efecto dominó invalorables y silenciosos de daños ambientales y en la salud humana de y otras especies, de exterminio en una diversidad de reinos de vida de lo que aún no tenemos dimensión alguna. La incertidumbre y el caos dominan la dantesca escena, dos teorías también negadas por los manipuladores sin control de la bio y nanotecnología que se quiere apoderar del milagro de la vida.

 

¿Entonces, qué hacer? El agua que bebemos todos los seres sobre éste planeta, es nuestra mayor amiga y razón de existencia. La hemos transformado en nuestra destrucción, la de los mundos biológicos diversos que cohabitamos y la madre tierra resume en el sentido milenario de nuestra razón de ser y existir.

 

La Justicia

 

El nuevo año es un punto de inflexión para que la Justicia profundice el dictar sentencias ejemplares que pongan límites al modelo agrario productivo vigente.

 

Así lo denuncian en sus primeras instancias, señores magistrados independientes en Entre Ríos y otros rincones del interior profundo de la República. Cinco manifestaciones judiciales ejemplares en Entre Ríos y la última,  en la instancia provincial mayor, retrógrada, retorno en sus efectos, hacia el vacío, a la casi total indefensión de niños, niñas y docentes en las escuelas rurales.

 

Nuestros grandes ríos resultan ser en este fin de época, las cuencas receptoras mayores de los venenos de la agricultura industrial y mega exportadora, que con Sentencias como la del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, vuelve a habilitar el sin sentido, el descontrol, ni más ni menos, que en las periferias de las escuelas rurales, ,a partir de lo cual, todo es posible en las escalas ilimitadas del sin control y el sin sentido. El sin sentido en su mayor manifestación, tiempo en el que los sentidos de vida deambulan confundidos como expresión desoladora del cambio de época que transitamos.

 

Una nueva política

 

Frente a semejante escenario judicial, la institucionalidad política adquiere una dimensión de ruptura, fuertemente acompañada y movilizada por la acción radical de los movimientos sociales, feministas, docentes y ecologistas. Las decisiones que se debe adoptar, son sutiles y a la vez de raíz.

 

El tiempo lineal no es el tiempo de las urgentes decisiones a adoptar. Son tiempos determinados por las lógicas de la naturaleza y los seres humanos que habitan los territorios reales. Y no son los tiempos y las lógicas del capitalismo. Los Gobernadores de esta vergonzosa «región centro» –donde se han envenenado las tierras y sus aguas como zona de sacrificio– deben construir una batería de medidas de transición ordenada, a completarse en pocas y cortas etapas para arribar  a diversidades productivas limpias en todas las dimensiones de la sustentabilidad. Las políticas púbicas están frente al banquillo de los acusados y también imputadas por los silencios, omisiones, negaciones. Las áreas del Estado de sustentabilidad y ambiente deben ser las Jefaturas de Gabinete de todos los Estados en todas sus escalas. No existe ahora otra opción. La crisis como su transición de salidas de evolución positiva, esperanzadoras, así nos interpela y convoca.

 

Estamos en las manos, por un lado, ni más ni menos, que de cada uno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y del nuevo Presidente y los Gobernadores, como de los poderes legislativos. Pero también estamos en manos de las juventudes acompañadas por la sabiduría de Gandhi, están despertando y haciéndose cargo de que esto, así, no va más.

 

La nueva Constitución de Entre Ríos consolida el acceso al agua como un derecho humano fundamental. Lo dicen normas Internacionales vigentes en la Argentina hace años. Pero todo indica que el derecho humano fundamental está siendo demolido frente a los intereses del mercado inventado por los dueños, accionistas y beneficiarios de estos venenos como derecho incuestionable al lucro voraz del mundo de la biotecnología y la inteligencia artificial. Algo no cierra. O quizás es un círculo donde el homo demens está ganando la batalla casi final.

 

Es probable que el actual canciller argentino lo tenga más claro. Los gerentes de Monsanto en la Argentina de aquellos años de la segunda década Infame (1990-99) seguro sí lo tienen claro y sin lugar a dudas, tan infelizmente, más que el agua del río Uruguay, transparencia maravillosa de nuestras infancias, aniquilada.

 

En esta línea de análisis, vuelve a ser necesario destacar la claridad como inapelable de la reciente Resolución 064/2019 de la Auditoría General de la Nación en su Informe de Auditoría, estudio demoledor que acredita la carga de irresponsabilidad institucional en la aprobación de los organismos genéticamente modificados y su paquete agrotóxico, violando toda la detallada normativa ambiental y otras relevantes que el informe narra, con precisión de excelencia (4).

 

Una nueva civilización

 

Debemos construir una nueva política. Si la justicia y el poder político no advierten el despertar espiritual y comprometido que las juventudes están esculpiendo con una dinámica desconocida por ellos y sus tradiciones de más de lo mismo, será esa juventud, como el ejemplo Chileno y en otros tantos rincones del mundo se van movilizando, la que producirá cambios radicales de sentidos de vida, acompañados en sus demandas y reivindicaciones por los delicados y graves acontecimientos que el cambio ambiental global viene anunciando, anticipando y en este sur del mundo no queremos asumir, ver, reconocer y obrar consecuentemente, como el Programa Constitucional -sancionado en la República de los ríos libres y ahora envenenados- lo ordena desde hace más de 12 años.

 

«El hombre nuevo es una mutación trascendente, enraizada en el poder que gobierna el universo. Ninguna nueva cultura del mundo ha nacido desde un grupo de expertos… Toda cultura nace en la historia bajo el influjo de una enorme potencialidad social, espiritual, creativa, imponderable. Lo nuevo que se está gestando no puede ser discernido por los mismos patrones de pensamiento por quienes gestaron este mundo… Debemos estar atentos a los signos del momento histórico en que vivimos. La nueva sabiduría procede del orden natural. La nueva cultura es ecológica, es vital, es concreta y social, es espiritual, auténticamente humana. Y es por eso, justamente, que es inevitable» (5).

 

(*) Abogado. Miembro de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.

 

Notas

(1) http://www.caru.org.uy/web/2020/02/se-publicaron-los-resultados-de-los-primeros-seis-meses-de-monitoreo-integral-del-rio-uruguay/

(2) http://eraverde.com.ar/?p=1777 «Río Uruguay, río fumigado.»

(3) Artículo 33º.  “Los dictámenes emitidos por organismos del Estado sobre daño ambiental, agregados al proceso, tendrán la fuerza probatoria de los informes periciales, sin perjuicio del derecho de las partes a su impugnación”.

(4) https://www.agn.gob.ar/sites/default/files/2019-07/informe_064_2019.pdf

(5) Gastón Soublette. Filosofo chileno. (Conferencia de Gastón Soublette, Premio Nueva Civilización – Diciembre 2015).