El reciente avistamiento de un ejemplar de aguará guazú en un monte cercano a Villa Urquiza, en el departamento Paraná, no obedecería a una falta de registro de este tipo de animales en Entre Ríos o que la especie esté expandiendo de su entorno. La aparición, en realidad, podría entenderse por la pérdida de hábitats naturales que lo llevan a migrar hacia zonas donde nunca habitó. Esta primera hipótesis surge de la lectura del último mapa actualizado de la distribución de este cánido para Sudamérica que la especialista en grandes carnívoros argentinos, Lucía Soler, compartió a ERA Verde. La investigadora señala que el aguará guazú se está moviendo en la geografía como nunca antes, y que este comportamiento puede explicarse por la modificación de sus “ambientes óptimos”. Estos espacios se transforman de tal manera que “los estamos haciendo sub óptimos, ya están por debajo de lo que el aguará resiste”, apuntó.

Hace 10 días, dos empleados municipales vieron aparecer un ejemplar de aguará guazú en un monte cercano al casco urbano de Villa Urquiza. Su avistaje llamó la atención, ya que su presencia no cuenta con antecedentes históricos en la zona, aunque paradójicamente desde hace unos años Entre Ríos ha comenzado a contar con registro de esta especie en peligro en distintos puntos de la provincia. Su presencia puede obedecer a la realización al conteo y estudios recientes, aunque eso no terminaría de explicar que se hayan observado especímenes en ecosistemas que no le son propios, deduce la bióloga, especialistas en carnívoros y en la conservación del cánido más grande que habita la Argentina, Lucía Soler.
La investigadora explicó a ERA Verde que el mapa más actualizado de la presencia del aguará guazú en Sudamérica se publicó en la revista científica Orix, en 2011, a partir de un gran muestreo del que ella participó. En este orden señaló que el mapa que existía hasta entonces estaba muy acotado. Luego de este muestreo también se siguieron realizando evaluaciones donde comienzan a contabilizarse presencias en Entre Ríos. En el caso del avistaje en el norte entrerriano podría obedecer a su migración desde el sur de Corrientes, donde todavía faltan mayores estudios que determinen su número. Y en el caso del Delta, posiblemente porque busque allí huir de Santa Fe donde persisten dos grandes amenazas: el avance de la frontera agroganadera y el atropellamiento en rutas, que comenzó a ser la principal causa de muertes, dejando en un segundo plano la matanza exprofeso por la mano del hombre.
¿Qué hace entonces el aguará guazú en Entre Ríos? Si se sigue la línea que llega a hábitats que no le son propios, como la eco región pampeana provincial, esto estaría hablando “de un malestar de la especie, porque nunca se movió de esta manera antes”, sostuvo Soler, al entender que “el animal se está moviendo” porque “acá hay una cuestión de modificación de los ambientes óptimos. Los estamos haciendo sub óptimos, ya están por debajo de lo que el aguará resiste”. La científica entiende que la gente pueda sorprenderse y alegrarse de algún modo por ver un aguará guazú, pero propone ver el trasfondo de todo esto: “donde hay una transformación del paisaje sin precedentes. Entre Ríos estuvo desocupada de aguará por mucho tiempo. Quizás nunca ocupó la provincia, porque eso no se sabe, y ahora la está ocupando”. Este escenario se presenta porque según entiende “tenemos una transformación dura del ambiente, y debemos estar preocupados que el animal esté apareciendo en otras zonas”. Frente a esta situación, la investigadora plantea la necesidad de pensar planes de conservación.

EL ÉXODO
Soler desgranó a ERA Verde, cómo podría explicarse el hallazgo de aguará guazú donde antes no se contaba con un historial de su presencia. En este orden recapituló que hasta 2011 no había un mapa de la especie detallado. Las proyecciones hasta ese momento “no reflejaban toda la presencia de la especie. ¿A qué se debe esto? Nosotros siempre lo adjudicamos que en parte era por la falta de estudios. Sí, es posible que este sea un factor. A partir del año 2002, con el advenimiento de talleres que organizamos en la provincia Corriente, para la actualización del estado de situación del aguará guazú, comenzamos a estudiar una especie que, además, no se sabía mucho, porque fue muy perseguida y no se la visibilizada, ese es el concepto que más se ajusta. Entonces a medida que vamos realizando los talleres, que sumamos a un encuentro internacional en Brasil, nos reunimos con varios investigadores y surgen este mapa de 2011. Este es el primer mapa que existe para Sudamérica y el más actualizado. Igual la situación en 2011 tampoco era muy clara. Era un proyecto que trabajaba en Chaco, Corrientes y sur de Misiones, pero faltaban puntos en otros lados. Con el paso del tiempo, entre 2011 y 2022, esos datos se fueron actualizando con el registro en áreas protegidas y la información en redes. En 2019 planteamos justamente mostrar la situación en comparación a 2011. Y al cargar toda la información es que aparecen puntos nuevos que marcan la presencia, como habíamos pensando, y otros en áreas que muy raros; en provincia de Buenos Aires, uno en San Luis, que no sabemos qué hace ahí. Son lugares que parecen inexplicables, porque históricamente y hasta paleontológicamente no sabemos si hubo aguará guazú, no son ambientes de presencia. Un ejemplo es el de Azul, en Buenos Aires, hace cuatro años uno animal que mataron. Otro en Lincoln. Y claro, luego de hacer relevamientos, encuestas, es que posiblemente en el norte de provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe, pueden ser individuos que comenzó a caminar y caminar, y llegó a la zona. Son registros que aparecen aislados: en Tucumán, Santiago del Estero. Son puntos raros. ¿Qué hacen ahí?”, se pregunta.

Otro dato importante para leer en el mapa base donde se toman estos análisis es el que detalla las eco regiones. Allí se observa que la especie “está ingresando al espinal y el chaco seco, donde aparecen como nuevos registros en relación a mapas anteriores. Aparecen en Santiago del Estero. Son registros nuevos y algunos un poco más viejos. El de Tucumán, por ejemplo, es posible que haya llegado ahí producto del tráfico de fauna. Los de Santiago del Estero eran dos que quienes lo vieron, dijeron que aparecieron, en el monte. En el resto del mapa, en la zonas rojas son lugares donde la presencia del aguará es muy fuerte. Generalmente se los ve caminando o se los registra por atropellamiento. Santa Fe es la provincia con más cantidad de atropellamientos en rutas. Después hay otra ruta en Chaco, donde mueren muchos, la ruta que va a Resistencia. Son registros de animales atropellados. También en Formosa hay avistamientos en rutas. Ha disminuido la matanza por parte de las personas, pero crecen en las rutas. Porque los animales, no sabemos por qué, transitan las rutas, la usan para desplazarse entre lugares. Suponemos por pérdida de hábitat, presencia humana, movimiento de la agricultura”.
Ahora bien, cómo llega a detectarse la presencia de la especie en Entre Ríos, donde los registros poco a poco van sumándose. “Si vemos el mapa –dice Soler a ERA Verde–, se ve que la provincia de Corrientes tiene puntos de presencia acumulados, y Entre Ríos tienen presencia bien marcadas en el norte, algunos que van hacia el Sur y otros en el Sur. En el Delta y Gualeguaychú”. Es así que “la provincia de Entre Ríos ha ido incrementado el número de registros. Pueden provenir de Corrientes, claramente, pero también hay un vacío en el sur de la provincia de Corrientes. Obviamente puede haber una subestimación de los datos de Corrientes. Donde estos animales se están moviendo y están huyendo hacia nuevos lugares y puede ser que el sur de Corrientes haya pequeñas poblaciones que no hemos detectado”, admitió la investigadora.
En cuanto al avistaje en otros lugares de la provincia, Soler sostiene que también se deben tener en cuenta las tres eco regiones, que son bien marcadas: “Una zona de espinal, al norte, que todavía queda la selva de Montiel. Más hacia el centro la zona pampeana, que es la zona más altamente transformada en Entre Ríos. Y hacia el Sur el Delta, que está medianamente transformada y han comenzado a aparecer registros. Estos datos no están volcados en este mapa de 2011, pero el Delta ha comenzado a ser una zona de presencia del aguará guazú. Entonces nos encontramos que este aguará aparecido (en Villa Urquiza) entiendo que ha aparecido en la zona más transformada, con más pérdida de biodiversidad, en la zona de pampa. Lo importante como mensaje de conservación es que se hable que es una especie muy expuesta. Entonces estamos viendo que los registros de aguará van aumentado, pero no hay conciencia que ese incremento en número en número se están dado en áreas muy transformadas. Entonces, ¿Cuáles son las posibilidades de supervivencia? Tienen que haber planes de conservación fuerte. ¿Por qué el animal se está desplazando? Esto habla de un malestar de la especie porque nunca se movió de esta manera antes. No es que el mapa del 2011 le erramos tanto. El animal se está moviendo. Acá hay una cuestión de modificación de los ambientes óptimos. Los estamos haciendo sub óptimos, ya están por debajo de lo que el aguará resiste. La gente se pone feliz porque ve un aguará, pero no se ve el trasfondo donde hay una transformación del paisaje sin precedentes. Entre Ríos estuvo desocupada de aguará por mucho tiempo. Quizás nunca ocupó la provincia, porque eso no se sabe, y ahora la está ocupando. Y vemos que la provincia de Santa Fe está llena de amenazas. Tenemos una transformación dura del ambiente, y debemos estar preocupados que el animal esté apareciendo en otras zonas”.
De la Redacción de ERA Verde
