El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) emitió nuevamente recomendaciones para prevenir el ingreso del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), un coleóptero de origen exótico que ataca ferozmente a las palmeras. El año pasado se detectó en la República Oriental del Uruguay y pese a que se ensayaron algunas medidas para detenerlo, su avance parece irrefrenable. En Entre Ríos se reforzaron las fronteras para evitar su introducción, al tiempo que reapareció en gran número su variante autóctona, el picudo negro (Rinus palmarum). Desde la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos se comentó a ERA Verde que siguen de cerca las dinámicas de desplazamiento de estos insectos y que se han proyectado posibles escenarios de invasión. En este orden, se propuso como medida preventiva la extracción selectiva de ejemplares del tipo “palma de canarias”, ya es la variante que atrae inicialmente al picudo rojo. Estos trabajos, se adelantó, se harían en los alrededores de Colón.
El Senasa busca evitar que la plaga de picudo rojo, presente en el Uruguay, cruce las fronteras y afecte los distintos tipos de palmeras que ataca este insecto de apetito voraz. “El Rhynchophorus ferrugineus, comúnmente conocida como picudo rojo de las palmeras, es un insecto que puede causar gravísimos daños a palmeras nativas y ornamentales. En Argentina es considerado una plaga ausente y de importancia cuarentenaria”, se indicó desde el ente sanitario nacional. Desde el organismo se dieron a conocer nuevas pautas para prevenir el ingreso al país e impacte en los ecosistemas locales
“En Uruguay sigue avanzando, hubo una mortandad muy grande de palmeras en la zona de Montevideo y alrededores. El municipio ha gastado mucho dinero y no lo han podido controlar”, sostuvo en diálogo con ERA Verde el responsable de Áreas Naturales Protegidas de Entre Ríos, Pablo Aceñolaza. Es por esto que “comenzó nuevamente una campaña de prevención, porque es preocupante en general para el país y en particular para nosotros como provincia de Entre Ríos”, afirmó el funcionario. “Nuestro emblema paisajístico está asociado a la palmera y esta situación genera una preocupación muy grande”, insistió al tiempo que contó que Entre Ríos solicitó “autorización para utilizar ciertos productos químicos, insecticidas específicos” para frenar al picudo y que fueron autorizados por Senasa “para tratamiento de palmeras (excepto la especie Butia Yatay) en áreas rurales”, señala la resolución.
ZONA DE IMPACTO
Como otra medida, continuó Aceñolaza, indicó que se propuso “una delimitación de posibles áreas donde es lo más probable la llegada de este insecto, es decir dónde tenemos que estar prestando atención. A partir de ahí, la idea es generar una extracción selectiva de algunas palmeras, sobre todo de la Phoenix canariensis, que es la palma canaria, que es como el atractor inicial, es decir la palmera a la cual inicialmente va este insecto. Y esta zona está situada en los alrededores de Colón. Vamos a trabajar en este sector pronto. El gobernador está al tanto y está preocupado por la temática, por la implicancia paisajística, estructural y ambiental”, reveló a ERA Verde.
El director de Áreas Naturales recordó que en Entre Ríos sí se ha detectado la presencia del picudo negro, la variante local. “Como todas las plagas tienen ciclos de expansión y cierta normancia, que hacen se visualicen muchas palmeras muertas en el último año y medio. No se sabe bien la causa, pero se apunta a períodos de inviernos secos y cálidos a estos ciclos de explosión poblacional”, reseñó.
RECOMENDACIONES
Senasa aconseja:
Adquisición segura de palmeras: Comprar las plantas en viveros inscriptos en el Registro Nacional Fitosanitario de Operadores de Material de Propagación Vegetal (Renfo) del Senasa. Estos comercios están sujetos a estrictos controles fitosanitarios conforme a la normativa vigente, lo que ayuda a mitigar el riesgo de plagas.
Reducir la poda: Las heridas causadas en la planta, liberan kairomonas, sustancias químicas que atraen al Rhynchophorus ferrugineus. Si la poda es imprescindible, debe realizarse durante el invierno, entre los meses de junio y agosto, cuando los picudos rojos adultos no están volando. Eliminar únicamente el tejido seco, sin cortar las hojas al ras y sin dañar tejidos vivos.
Vigilancia y comunicación: Observar constantemente las palmeras y en caso de detectar sospechas de presencia de la plaga comunicarla de manera inmediata al Senasa.
No utilizar trampas de feromonas y kairomonas para monitorear Rhynchophorus ferrugineus: La gran capacidad de atracción de estas trampas podría atraer a la plaga a un área libre, como es nuestro país.
“El Senasa recopila, analiza y sistematiza toda la información disponible sobre las plagas que afectan a los cultivos en el país a través del Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo (Sinavimo). La información sobre una nueva plaga es fundamental para poder definir estrategias de acción en los casos que fuera necesario. Asimismo, permite mantener actualizado el estatus fitosanitario del país y posibilita dar cumplimiento a los compromisos internacionales que rigen el comercio de productos agrícolas”, se agregó.
Ante la sospecha de la presencia de los picudos se podrán acercarse a la oficina local del Senasa más cercana o bien contactarse a través de los medios de comunicación oficiales de este organismo sanitario.
- Consultas sobre plagas: dief@senasa.gob.ar
- Formulario para la comunicación de plagas ausentes en Argentina
- Consultas generales: WhatsApp 1135859810
Senasa busca un “controlador biológico” para el picudo negro y el rojo
De la Redacción de ERA Verde