Un abanico de organizaciones socio ambientales de Gualeguay promovió una charla debate bajo la consigna “Ecología política y transiciones territoriales”. Se realizó en la Biblioteca Popular “Carlos Mastronardi”, con la presencia del abogado ambientalista Jorge Daneri. El letrado abogó por la constitución de un Comité de Cuenca para la gestión del río Gualeguay, según consignó El Debate Pregón.

 

El 7 de febrero pasado, en la planta baja de la Biblioteca Popular “Carlos Mastronardi” de Gualeguay, el abogado Jorge Daneri llevó adelante una charla debate sobre “Ecología política y transiciones territoriales”. La actividad fue organizada por Ecoguay Gualeguay, asociación Solidaria Educativa y Ambiental (SEA), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) Gualeguay y el proyecto de forestación urbana Gualeguay Te Quiero Verde.

En oportunidad de esta visita, Daneri habló con El Debate Pregón.

–¿Cómo estuvo organizada y qué tal se desarrolló la charla?

–La charla, que también fue una conversación, fue una experiencia muy interesante donde disfrutamos de que cuatro o cinco organizaciones ambientales y derechos humanos de Gualeguay puedan convocar a esta posibilidad. Por ahí compartimos el hecho de que son como diálogos de saberes que trascienden las cuestiones jurídico-ambientales para mirar desde la ecología política la democratización de nuestros territorios y cuáles son las herramientas que nos pueden ayudar a esto. Como la sanción de las cartas orgánicas, con todos los debates ciudadanos que esto implica. Fue una experiencia realmente muy afectiva, muy profunda en las conversaciones que logramos después con las preguntas y las reflexiones de los asistentes también.

 

–¿Cómo es el cruce entre medio ambiente y política?

–Uno puede decir que hoy en día no debería considerarse ninguna de las políticas públicas sin el medio ambiente. Incluso las políticas de los emprendimientos particulares, para no hablar de las corporaciones privadas, que ya lo han excluido groseramente. Es un cruce sinérgico, transversal, dinámico, adaptativo a un proceso de cambio ambiental global y de cambio climático gigantesco y que lleva o desarrolla una dinámica muy fuerte.

Hoy una política, en este caso municipal, regional, provincial, seria, en los ámbitos de las políticas de salud, de infraestructura, de educación, fundamentalmente en cuanto al modelo agrario, necesita rápidos procesos de transición hacia modelos de producción, de construcciones, de adaptación al cambio climático. Con una visión desde la ecología política y una concreción de esa transición muy seria. Todavía en el punto de inicio no estamos, y esto es lo delicado y es lo grave. Por eso creemos que las comunidades deben reorganizarse, deben comprometer a la autoridad política y comprometerse políticamente. No seguir esperando que los partidos tradicionales hagan lo que no vienen haciendo hace más de 30 años. Cuando de todo esto ya se sabe, una y mil veces se sabe, y sin embargo más allá de negarlo las máximas autoridades nacionales, somos conscientes que la gravedad de la crisis ambiental y de la crisis climática es eso. Es realmente angustiante y que la Política con mayúsculas, la que piensa en la gente, en los ecosistemas, en los otros seres no humanos, debe ponerse a la altura de las circunstancias. Por eso el debate fue muy interesante, también fue esperanzador a pesar del diagnóstico.

– ¿Qué nos puede decir del río Gualeguay y nuestra zona?

–El río Gualeguay necesita un comité de cuenca urgente, donde estén todos los municipios. Donde estén las organizaciones interesadas de la sociedad civil, de derechos humanos, ambientales, de los propios productores. Porque es un río que, como todos los ríos del país, particularmente de la Cuenca del Plata, están en una crisis de impactos acumulativos; de diversidad de contaminantes para alquilar balcones, infelizmente. Y necesitamos volver o seguir amando a nuestro río, sintiéndonos parte de él. Por lo tanto, la democratización de la gestión participativa de la Cuenca del Gualeguay, como de la Cuenca del Paraná, del Uruguay, debe ser aún mucho más democratizada. Con políticas transversales, con estudios o evaluaciones ambientales estratégicas, con estudios de impacto ambiental serios, con evaluaciones independientes. Y creemos que la mejor manera es la concertación federal del comité de cuenca. Y la concertación federal es, precisamente, su constitución y ponerla en

marcha.

En cuanto a nuestra zona es un desafío enorme el poder salir de la simplificación productiva para volver a una diversidad productiva de alimentos sanos. Y esta es la discusión que hay que dar en nuestras regiones, en nuestros ecosistemas, con nuestra gente. Salir de este modelo desolador y devastador que destruyó el escenario de las granjas, de las pequeñas granjas, de los pequeños productores, para volver a un escenario de diversidad productiva. Y tratar de salvar la diversidad cultural que ayudó en su momento a construir esa diversidad productiva a pequeña escala, a escala humana. Hablamos mucho de esto, y esto es un debate que nuestros municipios tienen que comenzar a dar urgentemente.

 

– ¿Algo que le gustaría agregar como cierre?

–Fue muy interesante trabajar los conceptos de linea de dignidad. Esto de distinguir necesidades de deseos. Cada comunidad debería en esas convenciones constituyentes locales constituir cuál es la propia línea de dignidad del pueblo de Gualeguay, mirando a 50, 100 años. Y lo otro que trabajamos fue a partir de un libro maravilloso que se llama ‘Afectividad Ambiental’. Cómo reconstruimos la afectividad frente a lo que somos, que es la naturaleza. Somos agua, somos humedal, somos río, somos monte. Somos también los otros seres no humanos. Somos parte de este mundo del cual dependemos enormemente y lo hemos olvidado.

 

Fuente: Debate El Pregón

Fotos. Gentileza RJL