“Las langostas están a 15 kilómetros de la entrada a Federación y a 23 kilómetros de Chajarí”, precisó a ERA Verde Héctor Reniero, titular de la Sociedad Rural de Chajarí, quien integra el grupo de productores que persigue por tierras entrerrianas la gran manga de langosta que amenaza los cultivos, bosques nativos y praderas. Por las condiciones climáticas, el grueso de acridios no se movió, pero tampoco se los pudo fumigar de forma aérea. Pero ante la amenaza que continúen en su paso devorador con las plantaciones de cítricos, las atacaron por tierra con un sistema de turbinas.

“La langosta cayó, pero no moría. Hasta hoy a la mañana seguía viva. Así que hoy se mantuvo una reunión con ingenieros de Senasa, productores y otras instituciones, con lo cual se decidió aumentar la dosis (del insecticida). Y una vez aprobado por el Senasa, la volvimos a atacar de forma terrestre”, contó el dirigente rural sobre las últimas noticias del impresionante enjambre de insectos que asola Entre Ríos desde. Desde mediados de junio, cuando ingresó al país desde el Paraguay, la manga es monitoreada por autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria para poder exterminarla en la medida de lo posible. No es fácil, ya que el período para poder fumigarlas es muy estrecho, entre las 8 y las 10 de la mañana cuando reposan, poco antes de levantar vuelo para la búsqueda de alimentos.

 

En esta cacería, el gran grupo de langostas, que se extendía a lo largo de 7 kilómetros por 2 de ancho, abarcando cerca de 40 hectáreas, fue ubicando en cercanías del acceso a Federación, donde se asentaron en el crepúsculo del miércoles. “Están a 2,5 de la ruta 14. Ayer (por el miércoles) no se pudo hacer ningún vuelo por el clima. Los productores decidieron atacarlos con las turbinas, porque comenzaron a comer algunas plantas de cítricos. Con lo cual, se utilizó (insecticida) cipermetrina”, precisó Reniero, quien comentó que este jueves, volvieron a la carga. “Tampoco hoy se podía utilizar los aviones. La fumigación de forma aérea recién el sábado, creeríamos, se va a poder realizar. Porque además la langosta ahora está en árboles de eucaliptos, y no en una cima. Está a mitad del árbol y en las quintas cítricas, ahí se las combate con las turbinas que se utilizan para curar las plantas. Hay que espera que se eleven un poco, aumente la temperatura, se vayan más arriba y así con los aviones poder atacarlas”, explicó.

De todos modos, el ruralista abre un escenario optimista. “Creemos que la vamos a dar batalla y reducir un porcentaje muy alto a la banda. A la tarde me enviaron un informe con fotos donde muchas langostas ya caídas en el suelo muertas. Por ahora estamos podemos decir que estamos bastante bien. Hay que destacar el trabajo de los productores porque Senasa tiene un poder de monitoreo, no tienen poder de resolución. Así que ese es el panorama. Acá comenzó una llovizna, que nos perjudica el poder atacarlas”, señaló.

Preocupación y fastidio

 

La entrada de las langostas a la provincia, luego de 70 años dicen los memoriosos, ha puesto en alerta a los productores porque temen, y con datos que lo corroboran, la situación se reitera. El martes las autoridades sanitarias confirmaron lo que es el segundo ingreso de la plaga desde el país vecino.

 

El mayor temor es que las langostas culmine su período de crecimiento y desove en territorio argentino. Cada hembra puede depositar entre 80 y 120 huevos y renovar el ciclo con una “langosta autóctona”, señaló un arrocero de La Criolla, con lo cual si se llega a esos resultados en la provincia pueden ser “drástico”, dijo.

En este orden, la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) señalaron que “el tema nos ha preocupado y ocupado en relación a la importancia que tiene, que es muchísima”. En este sentido destacaron la coordinación con las autoridades provinciales y nacionales, al tiempo que reconocieron que “han sido días desgastantes donde se mezclan las gestiones, la colaboración y muchas veces la impotencia de ver semejante amenaza que puede terminar con producciones enteras. Y la verdad que también nos ha dolido que en este tránsito complicado y triste no hayamos sentido el acompañamiento de los legisladores entrerrianos, tanto nacionales como provinciales y de todos los partidos. Salvo honrosas excepciones, nos hemos sentido solos. A veces, un llamado o una gestión alcanza para dar una mano. Estos son los momentos donde debemos trabajar mancomunados y estar al servicio de los entrerrianos y la provincia toda. Hubo muchos coprovincianos que necesitaban que sus legisladores se pusieran a disposición en semejante coyuntura. Es una lástima, hubiese sido un gesto noble y necesario”, criticaron en un comunicado.

 

A la expectativa de cómo se resuelva esta situación en tierras entrerrianas, en la República Oriental del Uruguay declararon el alerta ante la cercanía de “la nube negra”, a unos 30 kilómetros, con la frontera oriental. La Dirección General de los Servicios Agrícolas uruguaya, efectuó el miércoles un vuelo de vigilancia  sobre Paysandú, Salto y Artigas, linderos con Argentina, para detectar la posible entrada temprana, algo que por el momento no sucedió.

 

“La langosta es una plaga voraz que amenaza a los cultivos, campos de pastoreo y montes naturales de distintos sectores productivos”, se indicó en información oficial. Y se estima que 1 kilómetro cuadrado de estos insectos pueden comer vegetales lo mismo 2.000 vacas en un día.

 

De la Redacción de ERA Verde