Por Tribu del Salto (*). La Ordenanza Municipal Nº 9.690 establece dentro de sus acciones de difusión y valoración a esta jornada, del 10 de marzo, como el Día del Arroyo Vivo.

 

Desde nuestras Aulas Verdes recordamos la fecha haciendo un alto en la tarea cotidiana para preguntarnos ¿por dónde pasa hoy la vida de nuestros arroyos?

 

Cada una de las lluvias de este verano nos volvió a encontrar con el conflictivo vínculo que en la comunidad hemos construido con nuestros arroyos. Otra vez fueron noticias los hogares inundados, las calles anegadas, la basura dispersa y las cloacas rebalsadas.

 

También, esas lluvias, fueron ocasión para exponer lo inadecuado de muchas obras de la infraestructura local en relación a los arroyos. Hablamos de acciones que perjudican en lugar de facilitar el curso del agua. Uno de los ejemplos es la rotura de la pasarela del puente ubicado en Boulevard Moreno, bien cerca nuestro. Solo dos años después de que el Municipio realizase esta intervención, la obra vuelve a romperse y la calle a cortarse. En su momento, desde el entonces Consejo de Cuencas, señalamos que la obra (un dudoso puente con tubo alcantarillado debajo) no respondía a la problemática. La construcción, a nuestro entender, funcionaba como una falsa contención que además no correspondía a los caudales de aguas propios de este tramo del arroyo.

 

Sin embargo, la visión del área técnica de nuestro Consejo fue deslegitimada por algún saber experto participante. En vistas de la actual rotura y sus posibles reparaciones, lo que vuelve a ponerse en duda es el modo en que operamos para con la vida de nuestros arroyos. Si lo pensamos, en Paraná, la situación es grave. La política de entubamiento, como recordamos, ya ha cobrado una víctima fatal hace poco tiempo, mientras otras tantas personas siguen poniéndose en peligro.

 

Esperamos poder aprender de estas experiencias y no cometer, por estos días, los mismos errores en calle Gálvez. Deseamos sea un puente que funcione como puente, garantizando tanto la circulación del agua debajo como de los autos arriba: con apreciación del verde existente en el tramo y respeto por el oxígeno que generan para la comunidad. Queremos una ciudad con parques y puentes, no con alcantarillas y entubados.

 

Queremos, en nuestras palabras y movimientos, insistir sobre este punto. ¿Cómo un ciclo natural, como la lluvia, puede volverse un problema estructural para una ciudad? Solo entendiendo que en Paraná hemos negado sistemáticamente nuestros arroyos podremos comprender la ineficiencia de cualquier obra que no respete su curso natural.

 

Mientras, el otoño nos espera entusiastas por las acciones de concientización que preparamos para el fin de semana del agua entre el 20 y 22 de marzo. Entre ellas, los diez años de la Tribu del Salto en Paraná. Celebramos el aniversario encontrándonos en proceso de reglamentación del Comité de Cuencas de Paraná, donde aspiramos a ser una cuenca modelo. Y también puede que seamos ambiciosos, pero nos gustaría recibir como regalo de cumpleaños el permiso de uso del predio como Reserva Natural Urbana por parte del Consejo General de Educación donde nuestro expediente se encuentra.

 

¿Qué será lo que habremos construido en este tiempo? ¿De qué nos estarán hablando, en presente, las búsquedas sostenidas? ¿Qué aprendizajes insiste en darnos el agua mientras cae y se mueve en torno nuestro? Comprender que nuestros arroyos están vivos quizás sirva de reflejo para saber cuánto nosotros todavía lo estamos, a pesar de todo. Puede ser un comienzo para que, ahí sí, la lluvia borre la maldad y lave todas las heridas del alma.

 

(*) TdS – Fundación Puente a la Vida. www.puentealavida.org