Impulsan a la palmera yatay como monumento natural ante el avance de los picudos

En el Centro de Visitantes del Parque Nacional «El Palmar», se llevó adelante el 2º Taller Programático sobre el Picudo Negro y el Picudo Rojo. La provincia mantiene el alerta por la alta actividad de estos insectos que amenazan todo tipo de palmeras. En el caso del rojo, la plaga exótica se encuentra a pocos kilómetros en la República Oriental del Uruguay. En tanto el negro, el autóctono, registra un gran nivel de actividad. El titular de Áreas Naturales de Entre Ríos, Pablo Aceñolaza, dijo a ERA Verde que la Secretaría de Ambiente promueve una mesa interjurisdiccional internacional, pública privado, para frenar el avance de la plaga. También en la Legislatura trabaja para declarar a la palmera yatay monumento natural. Se adelantó que el texto de la propuesta ingresará los próximos días para el tratamiento en la Cámara de Diputados.

El pasado 1 de noviembre, se llevó a cabo una jornada para tratar la situación del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) y el picudo negro (Rhynchophorus palmarum) en Entre Ríos. El encuentro fue organizado de forma conjunta por la Dirección de Ordenamiento Territorial, Áreas Protegidas y Biodiversidad de Entre Ríos, el Parque Nacional «El Palmar» y el Refugio de Vida Silvestre «La Aurora del Palmar». Participaron legisladores provinciales, representantes municipales, delegados de Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), organizaciones civiles, propietarios y miembros del sector comercial “comprometidos con la preservación de los palmares y sus ecosistemas”, se indicó oficialmente.

En la reunión se abordó la grave amenaza que representa la posible expansión del Picudo Rojo desde la República Oriental del Uruguay hacia el territorio argentino. Esta especie invasora, devastadora para las palmeras, ha afectado seriamente los ecosistemas uruguayos y se encuentra alarmantemente cerca de las fronteras nacionales, poniendo en riesgo los palmares nativos y áreas protegidas. La llegada de esta plaga a Argentina podría tener consecuencias irreversibles para la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la región, se alertó.

PROPUESTAS

En diálogo con ERA Verde, el titular de Áreas Naturales de la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos, Pablo Aceñolaza, destacó la participación del sector privado, preocupados por la amenaza del insecto para los yataizales. Además, observó que “se están encontrando muchos picudos negros en la zona de Colón”. Ante este escenario, el funcionario comentó que desde la Secretaría de Ambiente se planteó “conformar una mesa interjurisdiccional e interinstitucional para abordar la problemática, junto con Senasa, INTA, los privados y los municipios. Y también, impulsamos que la palmera yatay sea declarada monumento natural por la Legislatura provincial. En la reunión estuvo el diputado Juan Manuel Rossi (PS-JxER), con quien acordamos realizar algunas correcciones al texto originalmente propuesto. La idea es poder enviar cuando antes esta propuesta”, anticipó a este sitio.

En cuanto a la importancia de esta especie de palmera, Aceñolaza señaló que “es un emblema de Entre Ríos, en lo cultural, lo paisajístico, de identidad y desde lo turístico, que es un gran atractor para la provincia que, a veces, es difícil de imaginar su monetización directa. Su pérdida como bien cultural sería una tragedia que ocurra”.

MESA Y ZONIFICACIÓN

Durante la jornada en Ubajay, se debatieron estrategias de prevención, mitigación y contención para las áreas de palmares de la provincia y sus zonas de influencia. La Dirección de Áreas Naturales propuso la creación de una Mesa de Gestión y Monitoreo del Picudo, así como el establecimiento de Estrategias Territoriales de control en el marco del Programa de Zonificación para Palmares de Entre Ríos.

Preocupa el aumento de actividad del picudo negro y piden monitorear las palmeras

«El taller fue una instancia de trabajo muy productiva. Del intercambio y debate entre los diversos actores surgieron propuestas para el manejo y control del Picudo Negro, así como estrategias de detección temprana para el Picudo Rojo. Fomentar estos espacios permite generar soluciones colaborativas y fortalecer el compromiso de todos para proteger nuestros palmares y sus ecosistemas asociados», señaló el Director de Ordenamiento Territorial, Áreas Protegidas y Biodiversidad, Pablo Aceñolaza.

Además, se subrayó la creación del Comité Técnico Interinstitucional sobre el Picudo Rojo de las Palmeras, formalizado mediante la Resolución Senasa 1.218/2024, la presentación de un plan potencial de protección para los palmares entrerrianos y el compromiso de las autoridades presentes de reforzar el trabajo conjunto en esta causa.

En este orden, Aceñolaza señaló a ERA Verde “la necesidad de internacionalización del tratamiento de la problemática y la vinculación directa con la República oriental del Uruguay para trabajar no sólo el control de frontera, sino también el control en los palmares antes de la llanura del río Uruguay”.

Se destacó asimismo que este taller programático “ratificó el compromiso de las entidades y ciudadanos presentes para defender el patrimonio natural de Entre Ríos, impulsando acciones urgentes y una coordinación fortalecida para proteger los ecosistemas locales de esta creciente amenaza”.

ALTA TASA DE REPRODUCCIÓN

La presencia y actividad del picudo negro también fue objeto de conversación y debate. “En el último tiempo se ha visto un avance de afecciones con picudo negro, que es la especie (autóctona) que se encuentra en la zona. Esto suele ser cíclico. Hay picos que suelen ser importantes –en distintos lugares y al mismo tiempo– y luego hay años en los que disminuye mucho. Estos ciclos suelen estar asociados a ciclos climáticos y ambientales”, explicó Aceñolaza a ERA Verde. “En 2024 se está viendo bastante lo cual es preocupante, ya que la zona del picudo rojo está en el Uruguay a unos 200 kilómetros de la zona del Palmar de Colón. Esa es la distancia, por lo menos de los registros más recientes y es un insecto que tiene una capacidad de vuelo de unos 20 kilómetros, lo cual es preocupante”.