Los 31 de julio se celebra el Día Mundial de los Guardas forestales o guardaparques, en reconocimiento de las labores que cumplen en áreas naturales protegidas. En una actividad que demanda atención permanente de conservación de la flora y fauna silvestres, así como cuenta con una perfil pedagógico y educativo, cuenta en diálogo con ERA Verde, el guardaparque Jaime Borda, uno de los principales mentores de la carrera recientemente inaugurada en Entre Ríos. Para el personal apostado en la Reserva Provincial Arroyo Perucho Verna, es necesario que ese reconocimiento pueda plasmarse en mayor respaldo institucional a sus tareas.
“Los y las guardaparques son agentes de conservación que cumplen una gran diversidad de funciones, que van desde el control y la vigilancia de las áreas protegidas, hasta la atención a los visitantes, el trabajo con pobladores y comunidades locales, actividades de educación ambiental y apoyo a investigaciones científicas”, describe Jaime Borda, guardaparque provincial en la Reserva Perucho Verna, sobre el amplio espectro que abarcan sus tareas.
El 31 de julio fue instituido como Día Mundial de los Guardas Forestales o guardaparques, como un modo de homenajear el trabajo de quienes están comprometidos en el cuidado de los hábitats naturales, áreas protegidas estatales, parques nacionales, provinciales y municipales.
JORNADA COMPLETA
“Los guardaparque trabajamos casi 24 horas los siete días de la semana, sobre todo quienes vivimos cerca de las áreas protegidas, porque estamos siempre en alerta. Es como que todos los días estamos trabajando”, cuenta Borda a ERA Verde sobre una jornada típica de su labor en el Área Natural Protegida Arroyo Perucho Verna, en el departamento Colón. “Nos levantamos muy temprano, 5 de la mañana, y diagramamos el día, en el que se puede comenzar con un recorrido, para muchas veces sacar trampas que dejan cazadores. Algún día se organizan una visita guiada o se acompaña a científicos que trabajan a campo como en algunas investigaciones de Conicet. También ayudamos a las detecciones de extraños se aprovechan de estas áreas para actividades fuera de la ley. Las áreas son zonas grandes y lo ideal es tener un vehículo; en mi caso yo dispongo de mi auto o moto, cuando no hacemos los patrullajes caminando o a caballo. En el caso de cursos de agua, en lanchas o piraguas. Todo esto se hace durante toda hora del día, inclusive a la noche cuando colaboramos a patrullajes de las Brigada de Abigeato de la Policía”, agregó.
-¿Qué se requiere o se necesita para poder trabajar de guardaparque o crees es casi indispensable?
–Lo que tiene que tener un guardaparque es que debe ser como un patriota, porque cuida uno de los bienes más preciados de una nación, que es su ambiente. Además de tener un perfil docente, porque tiene una labor de formadores educativos, como se lo hace con la escuela Juan Bautista Alberdi Nº 10 de San José, desde donde se formó la reserva municipal Los Teros, base de la actual provincial Arroyo Perucho Verna.
Es fundamental tener estado físico para poder atravesar largas caminatas; saber nadar, andar a caballo, manejar vehículos todo terreno, tener conocimiento en tareas de rescate y primeros auxilios.
–¿Qué es lo más satisfactorio de tu tarea?
– Lo más satisfactorio es que somos protectores de nuestro patrimonio. Como lo hacen en otro plano las fuerzas de seguridad. Desafortunadamente en buena parte nuestro trabajo es desconocido y en mi caso hasta he sido perseguido por el municipio San José por hacer cumplir las normativas de cuidado.
–¿Qué le dirías a alguien que está pensando en ser guardaparque?
–Nuestro futuro está en los jóvenes que quieren formarse como guardaparques y a ellos va el aliento de no aflojar. Y quienes llevamos adelante nuestro trabajo y para lo cual nos formamos, el que podamos trabajar tranquilos y respaldados de nuestra tarea de cuidar los bienes comunes.
De la Redacción de ERA Verde