Información de la prensa de la República Oriental del Uruguay emitió la alerta por la presencia del Rhynchophorus ferrugineus y “ya empezó a atacar palmeras nativas”. El “Picudo Rojo de la Palma” es un coleóptero de la familia de los gorgojos originario del Asia cuyas larvas se hospedan en las palmeras. Las plantas que coloniza pueden llegar a morir de pie. Es una plaga de difícil manejo. El Gobierno oriental alertó en mayo que ejemplares de este insecto ya estaban establecidos “en Montevideo, Canelones, Maldonado, Florida, San José y parte de Colonia”. Se recomienda actuar inmediatamente ante ejemplares infectados siguiendo un protocolo establecido. En la ciudad de Paysandú, frente a Colón, se detectó el escarabajo en palmeras no nativas. No ha trascendido información oficial si ha pasado a Entre Ríos, pero según pudo saber ERA Verde por organizaciones ambientales, se teme que su ingreso es inminente.
La presencia del “Picudo Rojo de la Palma” fue confirmada esta semana en la ciudad de Colonia del Sacramento, en la República Oriental del Uruguay. Así lo informó La Diaria, quien consignó que desde la llegada al vecino país en 2022, el crecimiento de ese insecto “ha sido exponencial”, según una experta del Departamento de Vigilancia Fitosanitaria del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). En su momento, el organismo reportó el primer caso en el departamento de Canelones, para luego dar cuenta que el coleóptero se afirmó en Montevideo, Canelones, Maldonado, Florida, San José y parte de Colonia.
Uruguay es el único país de Sudamérica está presente este insecto originario del sudeste asiático y Oceanía. El picudo rojo causó estragos en España, donde fue detectado por primera vez en 1994. Su presencia es temida debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas. Desde que llegó al Uruguay se ha expandido “sobre un anillo de distribución bien marcado” en la zona sur del país, señaló al medio coloniense la técnica del MGAP, Lucía Miguel.
El organismo oficial del Uruguay ya emitió un alerta en mayo, donde dio a conocer una serie de procedimientos ante la detección del coleóptero. “Dada la poca experiencia generada debido a su reciente introducción en 2022, la severidad del daño y el impacto que pueda llegar a tener en las especies nativas es aún incierto”, se indicó en el documento al que accedió ERA Verde.
El escrito señala que “la información pública con que se cuenta sobre la biología y comportamiento del insecto a nivel nacional es muy reducida. Los adultos se han empezado a observar a inicios de primavera siendo su máxima expresión hacia finales de otoño. Se desconoce claramente cuando inician las posturas de huevos y hasta que momento del año se continúan, proceso que en los insectos está fuertemente ligado a la temperatura. En la palmera canaria los estados inmaduros de la plaga penetran por la única yema de crecimiento, ubicada en la cima de la palmera. Su detección temprana es dificultosa por lo que cuando los síntomas son claramente visibles, muchas veces, es demasiado tarde para realizar el control químico con insecticidas, siendo que no resulta efectivo y la palmera finalmente muere”.
TEMOR
Aún la escaza información sobre su comportamiento y ciclo de vida en este hemisferio, se teme que la expansión del picudo rojo se expanda hacia septiembre, con la primavera. Por otra parte son una incógnita las posibilidades que cruce la frontera hacia la Argentina, aunque se aguarda que esto sea inminente. Extraoficialmente trascendió por referentes de organizaciones socioambientales locales a que se les acercó datos sobre la presencia del insecto en territorio entrerriano.
De hecho, el picudo rojo de las palmas está cerca, al cruzar el río Uruguay. Cuando el organismo sanitario del Uruguay emitió la recomendación en mayo, el Paysandú, frente a ciudad entrerriana de Colón, se había registrado palmeras exóticas afectadas, aunque no todavía a las autóctonas. Las atacadas se podían observar a simple vista que se habían secado en “innumerable cantidad”, consignó El Telégrafo.
“Las hembras ponen entre 250 y 300 huevos por generación, por lo que cada generación se multiplica por 50”, advirtió Lucía Miguel del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay.
Con información de La Diaria de Colonia y El Telégrafo.
De la Redacción de ERA Verde