Por Daniel Verzeñassi (*). La lucha contra la represa de Paraná Medio fue una de las primeras manifestaciones masivas de la ciudadanía entrerriana en la que hizo frente a proyectos que se presentaban como seductores, con fuentes de trabajo, inversiones y que en realidad eran el anuncio de proyectos que tenían poco que ver –y eso fue un logro que la sociedad lo advirtiese–, con ese anunciado progreso para la región; en realidad eso era una agresión. La región advirtió que era una agresión a nuestro sistema vertebrador principal de la vida litoraleña, que es el río Paraná.

 

Este fue un hito importante que se logró al enfrentar la represa de Paraná medio por parte de nuestra sociedad. Con esto, y a pesar de que esto fue llamado a ser recordado por las escuelas cada año, y luego a los años muy próximos a la sanción de la Ley provincial Anti Represas de Libertad de los Ríos Nº 9.092, se le fueron agregando anhelos, deseos y objetivos, no ha sido sostenido por más que por un grupo realmente elogioso y muy consecuente de docentes. No ha sido sostenido como debió haber sido porque la Ley también ordenaba hacer un programa de desarrollo sustentable de la provincia y en esto no se ha sido consecuente. Al contrario, creo que las autoridades políticas hacen a regañadientes la letra necesaria, o no más de la necesaria, como para poder mantenerse en la lista de los no indeseables en cuanto a la poca preocupación o poca atención a los problemas socio ambientales. Pero cada vez queda menos margen a estos simuladores de la política socio ambiental para seguir jugando a “digo pero no hago”, o “digo y apenas hago como para cumplir”, pero hago lo contrario. Pero cada vez queda menos tiempo. Y al tiempo que se agotan estos tiempos, se agotan las posibilidades de las recuperaciones, de las residencias territoriales.

 

Esta lucha fue un logro enorme, sigue siendo enorme, pero resta que la sociedad lo incorpore fuertemente. La sociedad lo tiene que hacer a partir de todas las improntas que van marcándonos el acontecer y la cotidianidad. Con este problema del “nuevo” el río que nos han dejado esta barbarie cometida en el territorio sudamericano, no falta algún comentario estúpido sobre la noticia del río con la tremenda sequedad estresada, donde se interpela a los ambientalistas que impedimos la represa en el Chapetón en el Paraná medio hace casi 25 años, donde plantean que si hoy estuviera podríamos disponer de agua. Que todavía exista gente que puede no sentirse avergonzada y no necesitar de la escondida para poder decir barbaridades como esta es porque todavía como sociedad no hemos logrado madurar y acompañar aquellos pasos que fueron enormes, sobre todo por lo que enfrentemos. Creo que todavía no se sabe del todo que se enfrentó al Neoliberalismo, que fuera expresado en las “infraestructuras para el desarrollo” -como les llamaron para la integración Sudamericana-, para el proyecto de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA); y la represa Paraná Medio era uno de esos objetivos, y lo sigue siendo. Esas, creo, son alguna de las materias pendientes que nos quedan.

 

A quienes se enfrenó en el Paraná Medio fueron a corporaciones muy poderosas del imperio norte. Empresas de la destrucción que se presentan después a la hora de la construcción. Venían a la instalación de la obra civil y las turbinas que venían por módulos empujada por barcazas construidas en los artilleros en los Estados Unidos. Todas empresas que estaban en manos del ex presidente de los Estados Unidos George Bush y del vice Dick Jenny. A estos son los que enfrentamos y por lo menos impedimos que se instalaran por una decisión que tomó la sociedad al reconocer que se trataba de algo de altísima gravitación y vitalidad en los territorios. Y esto es lo que se debe hacerse conocer. Porque hay una fuerte invasión, nuevamente, de quienes siendo de esta línea del pensar y el actuar acorde a las corporaciones, deben ser identificados. El tema del Paraná Medio no puede ser un hecho que todos puedan decir que se sienten orgulloso de lo que hizo el pueblo entrerriano hace 25 años atrás, porque hoy son voceros de los intereses que nosotros enfrentamos, doblegamos y evitamos que se instalen. Ahora vuelven de otra manera, con otros disfraces, y con otros senderos, pero son los mismos. Esto no puede ser desconocido; hay que identificar a quienes estén propiciando la extranjerización de los territorios, de las obras civiles, hablando en nombre del progreso que no es para nosotros, que no es para la población y las necesidades reales que tenemos. Las tecnologías por sí misma no dicen nada. Tienen que ser tecnologías apropiadas para cada lugar y en cada momento de la historia. Así que es bueno que al Paraná Medio se le dé el carácter fuertemente político que tuvo y que intentemos reconocer que hay que empezar a hablar con el mapa en la mano y que la política es geopolítica. Y que la geopolítica se incorpore al programa de estudio de los estudiantes secundarios hasta todos los estudios universitarios, en cualquier territorio del saber académico debe haber este reconocimiento de lo que son las trasnacionales ocupándose de la vida de los territorios y sus habitantes. En esto creo que hay que poner énfasis y ser muy claros en decirlo. Cuando Nestlé y Coca Cola quieren ponerle precio al agua del río y quedarse con el río, con el Acuífero Guaraní, hay que decirlo. Porque no puede venir nadie que sea empleado o ex empleado de esos señores a querer ocupar un sillón en el lugar donde se decida la vida un río.

 

EXPERIENCIAS

 

Una de las grandes enseñanzas de estas luchas socio ambientales y de los movimientos sociales en los que he participado y sigo participando, es que los grandes triunfos –ese fue creo el mayor que me que me acompaña en mi vida y en historia– se logran cuando se tiene una mirada muy generosa muy amplia, y se habilitan los diálogos bajando prejuicios. Incluso los que a veces con juicios muy fundados, se es capaz de dejar al prioritario del momento. Lo que en otro lenguaje se diría sobre cuál es la contradicción principal del momento. La enseñanza de la lucha del Paraná medio ha sido eso.

 

Insisto en el valor de estas actitudes. Las “miserias” siempre existen, también existieron entonces, pero supimos ocultarla o disimularla. Y desde el otro lado, de la intención del avance sobre nuestro río, no se dieron cuenta o no alcanzaron a advertir de que estábamos muy debilitados por los egos, por los histrionismos que siempre existen. Todos los tenemos; algunos más y otro menos, pero la gran enseñanza para mí ha sido esa.

 

Nos queda por conseguir sobre otros tantos temas que se han agudizados. Estaban desde antes, pero en los últimos 25 años desde esta Ley en adelante se han precipitado al territorio de las urgencias, como son los territorios arrasados por los químicos, las desforestaciones que arrasaron los territorios y hoy son responsables principales de un proceso irreversible, al menos por unos cuántos siglos, en cuando a la pérdida de lluvia y con eso la pérdida de los caudales del ríos y todas las cuencas sudamericanas. Entonces tenemos por delante poner en el territorio en el conocimiento y discusión social el valor de los análisis sistémicos, el reconocimiento de que nuestros sistemas vitales que permiten la bio habitabilidad territorial, que dan la vida, en sociedades vivientes interconectadas, intercambiando y manteniendo la capacidad donde unas permiten la existencia de las otras.

 

La amenaza está entonces en que todavía no se logra identificar a quienes, ahí sí, uno no puede mantener el criterio de generosidad para abrazarlos de entre todos los sectores sociales, y tenemos que enfrentar porque no son de los nuestros, son caballos de Troya, son los que adscriben al pensamiento Neoliberal de la utilización de los territorios como espacio de extractivismo.

 

En realidad, uno lo observa en diferentes expresiones políticas. Algunas que dicen ser anti neoliberales y otras que son abiertamente, reconocida y autoproclamadas como como tales. Las hay que desde los sectores nacionales y populares manifiestan no ser liberales, pero en la práctica políticas transitan ese camino que dicen denostar y sin embargo lo recorren. En algunos casos incluso los profundizan, pero son sectores donde nosotros tenemos la posibilidad de dar diálogos. Porque al menos declaman otra cosa. En la declamación está la posibilidad de dar diálogos que en realidad van a transformarse en discusiones muy fuertes y muy profundas, pero discusiones al fin. Con el otro sector, ese que se auto proclama perteneciente a ese pensamiento del extractivismo y de la transnacionalización de nuestros territorios, con ellos no. No porque en ellas son sus convicciones, son sus principios por los que vienen. Por eso acá tenemos que tener la capacidad para saber convocar a todos y todas los que se pueda sumar aún en discrepancias. En discrepancias que tengan la posibilidad de otro tipo de enraizamiento territorial, discrepancias a las que podemos aportar intentos de comprensión y de aceptación que  nos permitan caminar; en las otras diferencias, la propia realidad se va a encargar de hacer desaparecer.

 

EL AGUA

 

Con este nivel de río que tenemos todos los días a la vista en Paraná, todavía seguimos sin darnos cuenta la significación que esto tiene para la vida, y para la vida de los que vienen. Se anuncian en las noticias lo que vendrá con lo que pasó en hemisferio norte con el verano que se va, y en el hemisferio sur las anunciarán para el verano que viene. El calor comienza a ser un enemigo para las ciudades que no se prepararon y que no fueron capaces de reconocer a la sombra de la ciudad como una política de Estado, como una herramienta de construcción política. La sombra de los árboles, el agua y las cloacas van a ser los principales temas del programa políticos en los cuales deberán estribar quiénes serán demandados por la sociedad con otro tipo de clasificación de adscripción de colores políticos. Podemos seguir pensando y adscribiendo a quien queramos, pero quienes no reconozcan estas tres patas principales para el tiempo que nos toca vivir, van a ser seguramente puestos en otros lugares.

 

Los lugares de las legislaciones y puestos ejecutivos tendrán que tener en los gobiernos municipales gente capacitada o que reconozcan esa falta de saber para poder enfrentar y plasmar esos tres elementos principales de los programas políticos urbanos: Sombras, cloacas y tomas de agua, con la salvaguarda que no lleguen aguas imposibles de ser depuradas como se debería cuando vienen contaminadas con químicos por encubrimiento de superficie por los campos que escurren y que llega al río con las lluvias o los focos puntuales de contaminación como son los focos fabriles que lanzan del agua con un tratamiento exiguo. Las tomas de aguas las tomas de aguas del mundo son una de las principales razones políticas en el tiempo que vivimos. Porque el agua es la estructuración de la vitalidad territorial que está amenazada en algunos lugares y definitivamente colapsada en otros

 

Foto: Laura Núñez.

(*) Activista socio ambiental, integrante del Foro Ecologista Paraná.