El aromito, espinillo o churqui (Vachellia caven) fue elegido entre 28 especies como árbol entrerriano en una iniciativa organizada por el Programa de Educación Ambiental del Consejo General de Educación (CGE) y el Jardín Botánico Oro Verde dependiente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).

 

Por medio de una votación digital y abierta durante 60 días, el aromito resultó ganador con el 61.3 % de votos, seguido por el ñandubay (Prosopis affinis) con el  11.3 %. De un total de 4.387 votos, la mayoría emitidos desde el departamento Paraná (40.1 %).

El Ñandubay salió segundo.

De las 28 especies propuestas de acuerdo a una selección realizada por especialistas de la UNER, todos recibieron votos. El porcentaje mayor de votantes estuvo representado por docentes (32.1 %) y estudiantes (24.7 %).

 

La propuesta se realizó con el objetivo de conocer e identificar las especies arbóreas representativas de cada una de las ecorregiones entrerrianas, apreciar las características y potencialidad de las mismas para aportar a la construcción de conocimiento y valoración de los árboles nativos y su importancia como patrimonio natural y cultural.

 

Características

 

Espinoso, con abundantes ramas sinuosas, de aspecto rústico, unos 4 a 5 metros de altura, con una maravillosa y espectacular floración de brillante color amarillo y pequeñas flores perfumadas, el espinillo vive solitario y su presencia en bosquecillos es indicadora de profundas alteraciones ambientales (sobrepastoreo y fuego). Crece en condiciones muy adversas, constituye una especie pionera y es considerado como un «ingeniero de ecosistemas» al crear sombra y un microclima que permite a otros animales y plantas sobrevivir en áreas degradadas.

 

Martín Müller, titular del CGE valoró que “los árboles no sólo tienen importancia natural, son depositarios de memoria e identidad y pueden constituirse como una categoría explicativa de los procesos culturales. A través de esta iniciativa se buscó llegar a estudiantes, docentes y la ciudadanía en general con una propuesta para reflexionar sobre la situación de los ecosistemas provinciales”. En este sentido dijo: “Celebro esta instancia y desde nuestro lugar vamos a continuar acompañando propuestas e instancias de conocimiento y discusión sobre la biodiversidad de la provincia. Este es un granito de arena que es parte de un sostenido trabajo en red. La  importancia de llevar adelante esta propuesta con el CGE buscó generar un aporte a la educación ambiental y a la preservación de los árboles de nuestra provincia”.

 

Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, Pedro Barbagelata apuntó que “el bosque nativo cumple funciones imprescindibles para el desarrollo de la vida. Educar a nuestros estudiantes en el cuidado y la valoración del mismo constituye uno de los objetivos de nuestra tarea”.