Desde hace 15 años se dedica al cuidado de las especies que por distintas razones se han visto arrancadas de la naturaleza. Su experiencia con el manejo de animales salvajes lo ha llevado a ser un activo colaborador en los operativos sonde se rescata a especímenes silvestres con el objetivo que puedan ser reintegrados en algún momento a su ámbito. Pero Bruno García tiene el anhelo de crear un centro para la recuperación de estos ejemplares en tránsito, ya que muchos de ellos necesitan de atención antes de valerse por sí solos. En diálogo con ERA Verde, el guardafauna fue muy crítico con el mascotismo y también con cierto desinterés oficial por ejecutar soluciones integrales a la problemática.

 

En la localidad de San Benito, a unos 11,3 kilómetros de la capital entrerriana vive  Bruno García, a quien muchos conocen por su avezada tarea como “guardián de los animales silvestres”. Su reconocimiento se lo ha ganado por su manejo diestro–experto en serpientes cuentan sus compañeros–, y también por el cuidado que dedica de las especies rescatadas que en muchos casos aloja en su casa. Bruno es empleado del municipio de Paraná en el Parque Botánico, pero es asiduamente requerido por el área provincial de Recursos Naturales para las tareas de rescate de animales. Y justamente en su labor observa que muchas veces se asienta un “falta de interés y compromiso con la fauna en la provincia de Entre Ríos”. Esto lo lleva a ser muy crítico ante la ausencia un sistema integral de preservación y cuidado de las especies. Puntualmente Bruno García impulsa la idea de crear un centro de recuperación de estos animales.

Sucede que la Dirección General de Fiscalización es el organismo encargado de actuar ante situaciones de cautiverio, que pueden ser por mascotismo en domicilios particulares, tráfico de fauna o captura por caza ilegal de animales. En estos operativos de control, en ocasiones se procede con el oportuno secuestro de los animales vivos, tanto por los guardafaunas provinciales como por integrantes de las fuerzas de seguridad, como la Brigada de Prevención de Delitos Rurales de la Policía de Entre Ríos. Para estos casos Bruno brinda apoyo en tareas de rescate y recuperación.

 

En los casos que los ejemplares estén en condiciones tras los operativos se los suele liberar en algún área natural protegida provincial y llegado al caso se lo puede trasladar a algún centro especializado de provincias vecinas. Pero muchas veces se plantea que algunos ejemplares no están bien para reintegrarse a la naturaleza. Porque previo a ese momento de volver a su hábitat se debe procurar que el animal se encuentre en óptimo estado y es para alcanzar esta performance que se requiere de un guardián o custodio.

 

“El cazador es así: va, caza, y muchas veces algún animal que encuentra lo trae. Yo me dedico a cuidar y criar a los animales silvestres de manera particular porque nunca hubo lugar, ni gente para poder tenerlos y siempre la solución fue la salida de apuros”, comenta Bruno en diálogo con ERA Verde.

 

El guardafauna comenta que su sueño es poder disponer de un lugar específico para realizar estas tareas recuperación, en algo así como un hogar de tránsito. Y señala: “La gran problemática es la falta de un espacio. Sabemos que el hogar, tanto del cazador como el nuestro, no es el lugar apropiado para los animales porque se mascotizan mucho debido a que conviven con las personas y las ven las 24 horas del día”, razona. “Lo ideal sería crear un centro de recuperación de animales silvestres, que trabaje en red junto a los ya existentes en otros lugares del país. Esto debería ser una política de Estado. Allí se podría llevar al animal para que tenga su día normal y sin gente. Esta idea yo siempre la quise armar con diferentes proyectos”, comenta García.

 

LA TRASTIENDA

En la mayoría de los casos que involucra a animales silvestres la crónica periodística llega hasta el momento del rescate, pero luego de ese momento comienza un proceso muchas veces desconocido. Cuando los inspectores de Fauna provincial o policía de Abigeato realizan el secuestro de los ejemplares, seguidamente un equipo de colaboradores se encarga de brindarle los primeros cuidados de los animales que no pueden volver directamente a la naturaleza, y esto lo realizan en sus propios domicilios, cuenta García. Una vez que está recuperado, ellos mismos deben gestionar la liberación en un lugar apropiado teniendo en cuenta las características, agrega. Entre los voluntarios, Bruno menciona a Mario Tato Viciconti y Victoria Goró, quien ayudan a García en esta tarea a partir de compartir la misma pasión por los animales.

 

“Esto es un proceso que se cierra cuando el animal es liberado o se muere, pero en general el 90 por ciento llega sano y salvo”, narra Bruno y agrega: “El trabajo articulado desde Fiscalía hacia otras instituciones no existe y tampoco el interés por la fauna. Sería interesante saber si los referentes del Ente Coordinador Interjurisdiccional de Fauna (el ECIF, un ente que depende de la cartera de Ambiente de Nación) a nivel provincial participaron de alguna reunión con las instituciones relacionadas como policía, gendarmería o prefectura”, se pregunta.

 

Otro punto importante, entiende, es poder contar con apoyo legal y un lugar determinado para estas animales en tránsito, ya que los voluntarios deben costear desde su propio bolsillo los elementos necesarios para los cuidados de cada especie, señala. En el caso de las aves, una de las especialidades de Bruno, es relativamente sencillo, dice, pero otro tipo de animales requieren de alimentación especial, que es más costosa y además exige una atención especial.

 

“La realidad es que hoy Fiscalización no funciona, ni humo de los directores o coordinadores para dar solución a la sociedad y esta actividad se agranda más y más, los recursos no aparecen y la poca gente que daba una respuesta fue desplazada, claramente se puede notar una gran falta de voluntad e interés”, expresa muy crítico García.

 

El especialista en fauna plantea que un espacio de las características necesarias requiere, en primera instancia, “del apoyo y la participación de diferentes organismos que habiliten y dispongan de los fondos necesarios para la adquisición de los insumos necesarios.  ¿Será que el estado provincial puede cambiar esta situación? ¿Será que se puede dar inicio a una política de estado en temas de fauna y ambiente?”, se pregunta.

 

“Existiendo un lugar seguro el grupo de trabajo está, al igual que las ganas. La idea que tenemos es ante un secuestro de animales nunca decir que no y tratar de buscarle la vuelta para que salga adelante”, cierra García.

 

 

De la Redacción de ERA Verde