Este lunes autoridades de Salud provincial confirmaron la presencia de Leishmaniasis Visceral en una mujer de Concordia. La situación encendió luces de alerta ante una enfermedad que cuenta con un alto índice de moralidad si no es tratada. Su llegada a la región se venía anticipando desde hace ya algunos años. Animales infectados que alojan el parásito que la produce y el insecto vector del mal fueron detectados en 2010 Chajarí y en 2015 en Concordia.

 

Un caso de Leishmaniasis Visceral registrado la semana pasada en Concordia fue confirmado por estas horas por el director de Epidemiología de la Provincia, Diego Garcilazo. Se trataría de una mujer adulta cuyos síntomas levantaron sospechas en los médicos que la atendieron. En el Hospital San Martín de la capital provincial dio positivo.

 

Ahora, según se anticipó, equipos de zoonosis de Salud viajarán para asistir a las tareas de bloqueo de la enfermedad que cuenta con dos frentes: los perros  y los flebótomos, unos insectos similares a un mosquito. Los parásitos Leishmania se alojan en los canes que una vez infectados pueden tomar contacto con los flebótomos  que terminan siendo el vector de la enfermedad a los seres humanos. “La principal forma de transmisión al humano y a los perros, es por picadura de flebótomos infectados, siendo el perro el reservorio urbano más importante”, citó la epidemióloga Silvina Saavedra a ERA Verde.

 

La Leishmaniasis puede ser Visceral, Cutáneo y Muco Cutáneo. Y “en la actualidad las vacunas existentes no previenen la enfermedad”, indicó la especialista. En los humanos si no es tratada tienen una mortalidad probable del 90%. “El principal síntoma de la forma clásica es fiebre prolongada por más de 15 días, anemia. Sangrado de nariz, encías, adelgazamiento con vientre abultado (agrandamiento de hígado y bazo), debilidad y muerte”, describió en una publicación sobre la problemática.

 

Una llegada anticipada

 

Cómo arriba la enfermedad a la región es algo que lamentablemente se venía anticipando. “Viene bajando desde Brasil desde hace unos años. Y así  es así en 2015 se detectó una transmisión vectorial en Concordia”, se recordó. Ese mismo año en Salto, la localidad uruguaya frente a Concordia, se detectó en un humanos, en un niño que rápidamente fue tratado. Pero las publicaciones periodísticas ya hablaban de la presencia de esta enfermedad en departamentos de Salto y Artigas en el vecino país, y que “hubo cuatro casos en la localidad sanducera de Chapicuy, donde se identificaron los perros como llegados desde Salto”.

 

De acuerdo a relevamientos y estudios recientes “hay zonas endémicas donde el ciclo (de la enfermedad) está instalado. Perros infectados y enfermos, flebótomos y diagnóstico de casos humanos en las provincias de Misiones y Corrientes”. En el caso de la provincia de Entre Ríos, en el año 2010 se detectó transmisión vectorial a perros en Chajari y a principios de 2015 en Concordia. “Por otro lado, hay registros de perros positivos en varios localidades: Paraná, La Paz, Victoria, Gualeguay, Maciá, Colón, Villa Elisa, San José y, Gualeguaychu) sin estar determinada aun la existencia del vector en dichos lugares.

 

En el caso de Paraná, aclaró la médica veterinaria, no se cuenta con los flebótomos que transmite la Leishmaniasis Visceral. “Sí se ha capturado la variante que transmite la Leishmaniasis cutánea en la zona de Villa Urquiza. Solamente en Chajarí y Concordia está confirmada la presencia del flebótomo que transmite la Leishmaniasis Viceral, que es la Lutzomyia longipalpis”, aclaró.

 

En cuanto a la prevención se estima que las autoridades sanitarias mantengan actualizado el diagnostico epidemiológico para conocer la situación respecto al vector y perros infectados. En el caso de los canes la enfermedad de denuncia obligatoria y se recomienda la tenencia responsable, prestando atención  a su origen. En el caso de los  flebótomos, se evita limpiando los patios y hogares de acumulación de la materia orgánica. “Si hay gallineros, rotación de la ubicación de los mismos y mantenimiento frecuente. Alejar cuchas de las ventanas de los dormitorios y uso de telas mosquiteras”, se detalló.

 

Vulnerables

 

“La incidencia de la enfermedad en los perros es siempre superior a la incidencia en humanos y usualmente la infección en perros precede a los brotes en humanos. Es importante resaltar que los caninos infectados, con o sin síntomas, pueden transmitir la enfermedad”, se apuntó.

 

En cuanto a la transmisión entre los caninos, también se puede dar por vía sexual o de madre positiva a sus cachorros durante la preñez. Los síntomas de la enfermedad en los caninos es “de evolución muy lenta, pueden o no presentar síntomas. Siempre se debe tener en cuenta el origen del animal o traslado en el último tiempo. Podemos observar falta de pelo y costras (especialmente alrededor de los ojos), úlceras localizadas (principalmente a nivel de orejas, hocico, cola y articulaciones), crecimiento atípico de uñas, signos oculares, pérdida de apetito, y con el avance de la enfermedad fiebre, diarrea, hepato-esplenomegalia, falla renal, hemorragia intestinal, paresias y muerte”, se detalló. “Es fundamental la consulta precoz con el veterinario para hacer el diagnóstico correcto”, remarcó Saavedra.

 

De la Redacción de ERA Verde