“Se alarmaba a la gente de Gualeguaychú, pero no pasó nada”, afirmó el presidente uruguayo en una rueda de prensa al ser consultado por la posible contaminación de la nueva mega planta de celulosa de UMP (ex Botnia) que se va a instalar en un pueblo de Durazno. El mandatario oriental dijo que aquel primer desembarcó de la multinacional finlandesa fue una muy buena experiencia.

 

En la pequeña localidad de Pueblo Centenario en departamento Durazno de la República Oriental del Uruguay están un poco asustados. Desde hace unos años se viene planeando la construcción de una nueva gran fábrica de pasta de celulosa de la firma UMP –la ex Botnia– a orillas del Río Negro, y recientemente se conoció que ellos son los elegidos. Los poco más de 1.000 habitantes temen, con obvias razones, de las nefastas consecuencias por la contaminación de la que será la segunda gran industria de UPM-Kymmene Corporation en Uruguay. La primera es la de Fray Bentos, frente a Gualeguaychú. Y como se recordará, desde el proyecto de construcción se conoció, se desencadenó un conflicto ambiental sin precedentes. A pesar de la tenaz resistencia ciudadana, finalmente la pastera comenzó a funcionar en noviembre de 2007. Ahora, la nueva fábrica de UMP en Pueblo Centenario promete una producción anual de unos 2 millones de toneladas de celulosa de eucaliptus. Y para eso los privados se deshacen en promesas de generación de puestos de trabajo y aportes para una infraestructura ferrovial de base del Uruguay profundo.

 

Pero la nueva planta de la ex Botnia está “floja de papeles”. El ministro de Transporte y Obras Públicas uruguayo, Víctor Rossi, declaró que tiene dificultades en las habilitaciones ambientales, “pero todavía no son un problema”, entendió.

 

Además trascendió un informe de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) donde quedaban dudas de los “potenciales riesgos vinculados a la fase de construcción y luego de funcionamiento de la planta de celulosa”, consignó El País de Uruguay. Los puntos obscuros están dados en las propias advertencias de la empresa que adelanta “eventuales derrames de combustibles, incendios, vertido de efluentes fuera de estándares y emisiones al aire en valores no aceptables de la planta de asfalto o trituradora”.

 

Dos cabezas

 

Este lunes, para abordar este y otros temas, el presidente Tabaré Vázquez y su Consejo de Ministros desembarcó en el pequeño Pueblo Centenario, para ayuntar fantasmas que quizás, con sus declaración, en rigor revivió. En diálogo con la prensa que lo rodeó al ingreso de un polideportivo donde se hizo la reunión de Gabinete frente a los vecinos, improvisó una rueda informativa. El frenteamplista no se privó de hablar de ningún tema candente en la agenda uruguaya. Contaminación ambiental, pérdida de puestos de trabajo en todo el país y el futuro rol institucional en la crisis de Venezuela.

 

Fue así que al preguntársele sobre las declaraciones de sus funcionarios y los informes técnicos que alertaban de contaminación, si este panorama sombrío significaba una dificultad para UMP tenga listo en febrero de 2020 su plan de inversión (que contempla el aporte de u$s 1,5 millones de ambas partes), Vázquez se refirió a la experiencia de Fray Bentos. En este orden evaluó que la instalación de esa planta «ha sido una experiencia muy buena» y que «con la tecnología que tenemos estamos seguros que se van a atender correctamente los impactos ambiental que se pueda tener».

 

Con un tono calmo y tratando de llevar mayor claridad Vázquez aludió a que con la primera fábrica de Botnia “se alarmaba a la gente de Gualeguaychú” y que con la polución que iba a traer la planta “en aquel momento se argumentó que con la contaminación de Botnia iban a nacer niños con dos cabezas e iban a incrementarse los casos de cáncer y leucemia. Pasaron 12 años y viene la otra planta y la incidencia de cáncer y leucemia en la región sigue siendo la misma y pasó nada”, afirmó. Los temores, dijo el mandatario oriental, “fue superado”, ya que “no hubo impacto negativo”.

 

Para cerrar las preguntas sobre la cuestión, Vázquez finalmente planteó que se pretende generar una alarma sobre que UPM va a contaminar siendo que no está instalada. Para luego admitir “no es UPM la que más contamina el río Uruguay” (SIC).

 

De la Redacción de ERA Verde